miércoles, 10 de abril de 2024

HOMENAJE A LOS DEFENSORES DE LA REPUBLICA TRAS LA SANJURJADA

 


Félix Población

Fracasado el primer intento de golpe de estado contra la Segunda República, liderado en Sevilla el 10 de agosto de 1932 por el general José Sanjurjo, que también intervendría en la conspiración que dio lugar al del mes de julio de 1936, se les tributó en el Parque del Retiro un homenaje a  quienes contribuyeron a evitarlo, del que consignó el acto el diario Ahora, tal como vemos en una de sus páginas. 

Aparecen en las imágenes el presidente de la República y el del Consejo de Ministros, señores Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña. En otra de las imágenes se puede ver a una "bella y castiza madrileña" felicitando a uno de los guardias de asalto que fue herido al enfrentarse a los sublevados, algunos de los cuales también aparecen en otras dos fotografías, en compañía en una de ellas del ministro de Gobernación. 

El único nombre propio que aparece en representación de la ciudadanía es el de José Rodríguez Cordón, del que se dice que ya había luchado por la instauración de la efímera Primera República (1873) y que pronunció unas palabras en el acto a las que contestó el presidente de la segunda. La última instantánea es la de la cabeza de la manifestación que también se celebró ese mismo día -como un precedente histórico de la que se tuvo lugar en Madrid después de la sublevación militar del 23 de febrero de 1981-, sin imaginar quizá que el régimen del 14 de abril de 1931 caería luego de un nuevo golpe militar, cuatro años más tarde, y una guerra que prolongaría la tragedia de los republicanos españoles más allá de su final. 

Siempre pensé que entre los españoles entusiastas de aquel 14 de abril habría algunos que, como el de la fotografía, podrían haber conocido y hasta peleado por la proclamación de la Primera República. Más de medio siglo separa un año del otro. Casi cuarenta años duró la dictadura franquista y va para medio siglo que se reinstauró la monarquía con la colaboración estelar del dictador Francisco Franco. 

Siempre pensaré que a la actual democracia española le falta una identidad de arraigo que creo no se ha cultivado durante todos estos años. Demasiados demócratas siguen enterrados en el cementerio clandestino que sigue siendo este país y que organizaron los vencedores de la guerra para que sobre ellos y sobre lo que defendieron crecieran la impunidad de los verdugos y el olvido de las víctimas. Que la derecha y extrema derecha de hoy quieran llamar a ese olvido concordia no concuerda ni con la democracia ni con la humanidad. 

Ya no se trata de cumplir con una ley aprobada en el Parlamento, la de Memoria Democrática, sino de tener como personas un mínimo de sentimiento humanitario para quienes fueron asesinados y enterrados como alimañas, así como para sus descendientes. Como dijo el escritor valenciano Alfons Cervera, autor de una reciente y excelente novela titulada El boxeador, no es buena gente quien niega el derecho a sacar a familiares de fosas comunes. Si además esa gente pretende impedirlo desde las instituciones por parte de la derecha extrema, España sigue sin resolver uno de sus más graves problemas: una derecha en paz con su conciencia democrática y que no haga oficial el discurso del odio.

Léase@también: Soria, otro milagro de la primavera, por Ian Gibson, INFOLIBRE.

DdA, XX/5610

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