viernes, 12 de abril de 2024

EL PALACETE DE LADISLAO, PERVIVENCIA HISTÓRICA A RECUPERAR Y VALORAR

 «Me temo que la ‘buena política’, esa que consiste en no hacer nada para no enojar a nadie y poder volver a pedir el mismo voto para resolver lo mismo que no han resuelto en los cuatro años anteriores, en el caso de Gijón, ha llegado a su fin»

El palacete de la plaza de Europa, puesto a la venta recientemente. / miGijón.

David Alonso

Hace unos días nos hemos enterado que el palacete que está en Plaza Europa al lado del Museo Nicanor Piñole, conocido por algunos como ‘el palacete de Ladislao’ al ser este señor, Ladislao Menéndez, quien lo encargó… Pues este palacete, hoy en estado bastante deficitario, ha dejado de estar a la venta. «Bueno – me diréis -, ¿y qué?».

Dejadme que tire un poco más de este hilo y todo cobrará más sentido. Al parecer, este palacete ha estado a la venta durante el último año por un precio estimado de dos millones de euros. No está mal. El precio, digo. Pero se ve que la actual propiedad no ha encontrado comprador, o eso, al menos, es lo que ha trascendido. Seguramente el hecho de que el edificio cuente con Protección Integral según el Catalogo Urbanístico vigente, lo que impide acometer barbaridades como tirarlo o recrecerlo (como sí sucede en otros edificios de alto valor patrimonial para la ciudad) haya reducido el interés por comprarlo a dos perfiles: a quienes puedan permitirse el capricho de vivir en un palacio en el centro de la ciudad, o a negocios con una gran capacidad de facturación. Y se ve que ni en uno, ni en otro sentido han aparecido compradores. Este hecho reabre o, bueno, yo al menos lo reabro, el debate que ya se dio hace casi catorce años, cuando el Ayuntamiento de Gijón valoraba firmar un convenio con la propiedad para adquirirlo a cambio de terreno urbanizable en otro espacio del municipio. Aquello no cuajó, al parecer, por el cambio de gobierno en 2011 y la llegada de Foro al Ayuntamiento.

Antes de seguir con la historia me gustaría caracterizar un poco este edificio, por aquello de ponerlo en valor: es un edificio proyectado en el año 1907 por uno de los grandes de la arquitectura, Manuel del Busto, con un estilo propio de esa época y que se podía reconocer en otras viviendas unifamiliares. Destaca su torre, su decoración exterior, sus miradores y también sus espectaculares vidrieras. No existen ningún otro ejemplo similar en todo el casco urbano de la ciudad. Ante esto, el debate de si se puede considerar que el Ayuntamiento retome la iniciativa de 2010-2011 y se plantee hacerse con él para darle contenido y, a su vez, una adecuada y suficiente puesta en valor a lo que hoy en día, pese a ser un elemento privado, ya forma parte patrimonial de la ciudad, está servido. Pero hasta aquí, ya que en este artículo no pretendo valorar la ‘posibilidad’ y generar argumentario a favor o en contra. En mi caso no tengo duda, adquirir ese palacete por parte del Ayuntamiento sería un acierto, por ponerlo en valor y porque perviva como elemento de engarce con una parte de la historia de esta ciudad, la primera década del siglo XX donde, si algo pasaba en Gijón, además de construcciones majestuosas y edificios hermosos, eran cosas, muchas cosas.

Justo exactamente lo contrario de lo que pasa 110 años después. Si la década de los años veinte del siglo XX en Gijón significó el crecimiento y cambio absoluto de una ciudad fabril, comercial y portuaria (sin olvidar todas las deficiencias, que aquí no se pretende romantizar nada de lo de antes), el Gijón de 2024 tiene una pregunta a la que el Ayuntamiento debería responder y es: ¿en qué se gasta el dinero municipal el Ayuntamiento? ¿En qué invertimos? Vale que gastarse el dinero en un palacete puede sonar a snob, se puede entender, pero ¿qué se propone para la ciudad? Démosle un vistazo rápido: a bote pronto, la única inversión municipal que parece que está sobre la mesa es lo de Naval Gijón, que básicamente es comprar unos terrenos. Bien. ¿Qué más tenemos? Pues me temo que nada más. Soy consciente de que ningún grupo municipal se atreve a decir públicamente que los gastos fijos del Ayuntamiento son una barbaridad, y que las inversiones estatales o autonómicas brillan por su total ausencia (cuesta recordar cuál es la ultima inversión que ha hecho el Gobierno del Principado de Asturias en Gijón, pero creo que es el vial de la ZALIA, con catorce años de retraso y habiendo puesto sobre la mesa el Ayuntamiento como catorce millones de euros para cubrir el pufo de las deudas de ese macropolígono, o sea que gratis tampoco ha salido el ‘vial a ninguna parte’, pero más allá de eso nada. Del Estado ni hablamos. Ni vial de Jove, ni estación de tren, ni Metrotrén, ni autopista del mar, etc).

Demos por bueno que a Gijón lo maltratan los Gobiernos de ‘afuera’ pero ¿qué han hecho los distintos Gobiernos municipales en los últimos, pongamos, quince años? El Acuario, y creo que poco más. Y esa es la pregunta que quiero plantear en estas líneas: ¿cuál es la prioridad de inversión municipal? Está claro que la Cultura no, porque lo de Tabacalera no arranca ni queriendo. De la movilidad mejor ni hablamos; ni aparcamientos disuasorios, ni pacificación del tráfico, ni urbanismo táctico, ni nada. En deportes, mejor olvidarnos, porque si sale el tema del Mundial de Fútbol de 2030 no sabría ni qué decir, puesto que no sé muy bien qué postura defiende el Gobierno municipal o el Ayuntamiento. En Medio Ambiente, nada tampoco. Y es que me temo que la ‘buena política’, esa que consiste en no hacer nada para no enojar a nadie y poder volver a pedir el mismo voto para resolver lo mismo que no han resuelto en los cuatro años anteriores, en el caso de Gijón, ha llegado a su fin. Y ojo, que esto le afecta a Foro, al PP y a un señor tránsfuga muy de derechas, que son quienes gobiernan, pero no sólo. Porque, de igual manera, a la oposición silente y ochentera (no por el ritmo, sino por la década de la que parecen emanar sus propuestas) del PSOE, tampoco le salva el decir todo mal. Señoras y señores de la corporación municipal, Gijón está quedándose atrás en todo y o meten muchas ganas y trabajo en cambiar esto, o meten dinero. Y de momento lo primero está por hacer y lo segundo está por ver.

MI GIJÓN  DdA, XX/5611

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