jueves, 15 de febrero de 2024

¿LO HACEMOS?, DECÍA ÉL. Y LO HACÍAN SIN ROMPER LA TELITA, QUÉ ARTE

Salamanca, campo de fútbol de El Calvario

Valentín Martín

He estado 24 horas callado como el político Gabilondo [Valentín es Vicente el 14 de febrero], aunque él estuvo durante toda la legislatura más mudo que El Mudo de mi pueblo, hijo de un guardia civil que vendía bacalao. Al Mudo de mi pueblo le gustaba vestirse de cura y decir la misa de difuntos en la clandestinidad. Le daba por ahí. Pero al político Gabilondo no sabemos si le gustaba algo o nada. La huella que dejó es imborrable: se cargó a la asociación de la prensa de Madrid, que había resistido monarquía-republica- dictadura-democracia.
He obedecido al hermano chico Félix Maraña. A ver quién se atreve a contradecir a un hombre que escribe esos versos y segaba con guadaña. Ya lo hablaremos en el Ateneo de Madrid en torno a su libro con Amancio Prada y otros que valen.
Para celebrar el fin del silencio me he cenado una bandeja de patas de gallina. No sé si hay un ser más sufrido que la gallina víctima de los gatillazos del gallo que tiene que compartir con muchas gallinas. Y además ser ama de casa.
Las patas de gallina estaban muy ricas. Y me han recordado aquellos furiosos años en los que yo estuve cenando el huevo de una gallina diario.
Fue cerca de El Calvario. Y de una vereíta cuajá de hierba que llevaba al Barrio del Castigo. Como por allí no se atrevía a pasar nadie, algunas parejas de novios iban a fornicar. ¿Lo hacemos? decía él. Lo hacemos pero no me rompas la telita- decía ella- porque si me rompes la telita no me caso. Y lo hacían. Qué arte.
Ahora que puedo hablar no sé nada más que decir después de hablar de huevos, gallos, gallinas, gatillazos, hierba, telitas.
Bueno, sí. Que gracias por entender mi dudosa reputación. Y mis manías. Ya se murió Vicente hasta el próximo año que tardará un poco más porque este es bisiesto. Qué buena gente sois.

DdA, XX/5.568

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