¿ENTERRARÁ GALICIA A FEIJOÓ Y ENCUMBRARÁ A AYUSO?

Félix Población

En apoyo de Rueda, tan necesitado de ello que ha tenido que resucitar a ETA, se ha ido a Galicia Ayuso, sabiendo el jefe de comunicación y asesoría de ésta que allí donde reiteradamente logró gobernar en mayoría el actual y endeble líder del Partido Popular puede éste ser enterrado a favor de su pupila. Alguien lo ha dicho en los mentideros y es muy posible que si Rueda no logra la mayoría absoluta y Galicia pasa a ser gobernada por un partido nacionalista (BNG) con el respaldo principal del PSG, Feijoó tiene los días contados al frente del PP. Por eso, porque la pérdida de esa mayoría está ya en las encuestas, la prensa concertada -como llama Armesto en El Salto a la que sustenta el Partido Popular- ha perdido todo asomo de vergüenza y viene soltando desde hace un par de meses portadas de bochorno insistiendo en que Rueda mantendrá la mayoría y despreciando a sus adversarios políticos. Hasta seis portadas, seis, ha desparramado a toda página La Voz de Galicia en los dos últimos meses, sin reparar en que la encuesta la demoscopia del CIS dice otra cosa. Para que un cambio de gobierno sea posible en aquel país, donde la sanidad atraviesa por una extrema precariedad, se ha reducido en 300 millones el presupuesto en educación, la economía está varada y cada vez se nota más la emigración, van a ser decisivos dos factores: el voto de las mujeres, según escribe hoy Manuel Rivas en el diario El País (Galicia es mujer)- y el voto de medio millón de gallegos fuera de España, nada menos que el 18 por ciento del electorado. Frente a esto, mantiene el Partido Popular la fidelidad de voto conservador de las provincias de Lugo y Ourense, favorecido por la ley electoral, si bien una parte de ese voto también podría llegar a decantarse por la extrema derecha o Democracia Orensana, en el caso de esta provincia. Puestos a elegir, entre el enterramiento de Feijoó y el encumbramiento de Ayuso, lo que el próximo domingo se ventila en Galicia no es moco de pavo. Puede ser la España que nos aguarda sin una izquierda que le haga frente. 

DdA, XX/5569