Félix Población
Hace unas fechas leímos en la BBC que Biden acusaba a Putin de la muerte del opositor Alexéi Navalny en una prisión remota del Círculo Polar Ártico. (Cuando se habla de Navalny como el mayor opositor a Putin debería considerarse que puede que sea el más afamado, pero el mayor partido opositor a Rusia Unida es el Partido Comunista, que creo obtuvo en las últimas elecciones el 21 por ciento de los votos). Estados Unidos está estudiando varias opciones para castigar a Rusia por la muerte de Navalny, al que ya se le intentó envenenar hace unos años.
Entre ayer y hoy la High Court de Londres decidirá si el periodista Julian Assange, cuyo estado de salud es preocupante después de llevar varios años encarcelado, es extraditado a Estados Unidos. Se le acusa de espionaje en base a una ley de hace un siglo, cuando lo que hizo fue dejar en evidencia a Estados Unidos por crímenes de guerra y haber vulnerado los derechos humanos, según unas informaciones que publicaron los más importantes periódicos del mundo.
Fue en 2010, año en el que su portal, Wikileaks, hizo una de las revelaciones más impactantes de la historia, con la divulgación de 77.000 documentos militares y, meses más tarde, la publicación de 400.000 informes sobre la guerra en Iraq y 91.000 documentos sobre la invasión americana en Afganistán. En esos documentos e imágenes se dieron a conocer las torturas y asesinatos deliberados de civiles por parte de los soldados norteamericanos.
El fundador de Wikileaks tiene de su parte a Alice Jill Edwards, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura, que este 6 de febrero solicitó a las autoridades británicas que consideren la apelación por motivos de salud mental: “Julian Assange sufre un trastorno depresivo recurrente y de larga data. Se considera que corre riesgo de suicidarse (...). El riesgo de ser puesto en régimen de aislamiento prolongado, a pesar de su precario estado de salud mental, y de recibir una sentencia potencialmente desproporcionada plantea dudas sobre si la extradición del Sr. Assange a los Estados Unidos sería compatible con las obligaciones internacionales del Reino Unido en materia de derechos humanos, particularmente en virtud del artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como de los respectivos artículos 3 de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y el Convenio Europeo de Derechos Humanos”, declaró Jill Edwards.
Los familiares de Julian Assange aseguran que si el periodista es trasladado a Estados Unidos ya no lo volverán a ver, como le ha ocurrido a los familiares de Navalny, cuyo cuerpo aún no ha sido entregado al día de hoy a su madre, que lo aguarda desde hace días a las puertas de esa siniestra prisión del Círculo Polar Ártico.
Por cierto, en el centro de detención que Estados Unidos habilitó en su base naval de la Bahía de Guantánamo, en la isla de Cuba, permanecen internados sin cargo y sin juicio cuarenta de los 780 ciudadanos musulmanes que ese país encarceló desde 2002 acusados de terrorismo. Durante ese tiempo, siete se suicidaron. Nada sabemos de los que siguen allí.
DdA, XX/5.564
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