Félix Maraña
Mal Nadal
Un vulgar comisionista, 
triunfante en todas las canchas, 
mancha con oscuras manchas 
Deja de ser deportista, 
-el salto no es baladí- 
para que Arabia Saudí, 
una sociedad enferma, 
presuma de ser moderna 
con oro manacorí.
Que con su pan se lo coma, 
pues también los futbolistas, 
vulgares comisionistas, 
del Madrid y el Barcelona, 
conducta que decepciona, 
se venden por cuatro reales, 
ahora que no está Rubiales, 
exportando democracia. 
Todos, maldita desgracia, 
todos se muestran iguales.
Siglo oscuro, Sabugal,
siglo veinte o veintiuno, 
que no se salva ninguno, 
su codicia es sin igual.
El mundo gira, fatal, 
al cárcabo del abismo, 
unos y otros, lo mismo, 
forran su conciencia de oro, 
sin vergüenza ni decoro, 
la plata es su catecismo.
Donde las toman, las dan;
antes, Cristiano Ronaldo 
se marchó por su aguinaldo, 
pero le siguió Jon Rahm, 
que son muchos los que están 
barnizando al asesino, 
un monarca tan divino 
que mata en su paraíso 
y celebra con un guiso 
mientras ahorca con mimo.
Mal los gobiernos de España 
que sabiendo que Rubiales 
iba forrado a raudales 
bendijeron la patraña, 
y en una excursión extraña,
con fútbol hasta en la sopa, 
fueron a jugar la copa 
con la ayuda de Piqué, 
otro mangante que fue 
comisionista que atropa.
DdA, XX/5.544

No hay comentarios:
Publicar un comentario