lunes, 15 de enero de 2024

LA RIGIDEZ GALOPANTE DE LA REINA CONSORTE


Lazarillo

De un tiempo a esta parte ha venido observando este Lazarillo una breves secuencias en vídeo en las que aparece la reina consorte de España en las redes sociales, tratando de ofrecernos una imagen cercana de doña Letizia con motivo de los actos oficiales en los que toma parte, bien sea acompañada de su marido o sin él. En ocasiones, estas imágenes sin locución y sólo con música las ofrecen determinadas publicaciones de la llamada prensa rosa, que por lo general tratan en principio de dar una buena imagen de la reina. Desconozco si el empleo de esta nueva vertiente comunicacional cuenta con la aprobación de la Casa Real, aunque imagino que sí, dado que el teórico objetivo de la misma pretende prestar proximidad a doña Letizia, bien sea por la desenvoltura con la que se la presente, bien sea por lo favorecedor de su vestuario o por la familiaridad de trato que dispensa a quienes celebran su presencia con aplausos y parabienes. Desconozco el tiempo que se seguirá manteniendo este vínculo de comunicación entre la Corona y la ciudadanía, pero tengo para mí que la dieta alimentaria, las servidumbres del protocolo y el desmesurado propósito interpretativo que está haciendo de su papel la reina consorte -sin dejar de lado otras incidencias-, están afilando en extremo los rictus y facciones de la soberana, hasta el punto posiblemente de estar adelantando un proceso de rigidez galopante que por edad (51), condición y cuidados no debería estar afectando a la señora de Borbón y Grecia en el décimo año del reinado de don Felipe.

DdA, XX/5.540 

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