martes, 9 de enero de 2024

EL REY BALTASAR DE SEVILLA, EMBETUNADO Y TORERO


Lazarillo

Con la sornilla con la que mi estimado compañero Raúl Solís suele comentar cada capítulo de esta nueva edición de Celtiberia Show que está viviendo el país desde que las derechas se extremaron, nos comenta este colega el episodio del empresario sevillano que hizo de rey Baltasar en la cabalgata de Reyes de aquella ciudad. Como ocurriera con otro Baltasar en Madrid o aquellos otros de la lejana dictadura, al de la capital andaluza se le embetunó el rostro gracias al permiso otorgado por el Ateneo de Sevilla, una entidad privada organizadora de la cabalgata, según Solís, en la que perdura lo más casposo y clasista de la ciudad. Se conoce que los negros sí valen para recoger aceituna, pero no están capacitados para interpretar el papel de rey mago por un día, por más que sustituirlos por un empresario blanco y potentado, que paga por hacerlo y al que se le maquilla a tales efectos, sea lo que ahora se da en llamar blackface, cuyo carácter racista y ofensivo es evidente. Al Baltasar de Sevilla se le añadió, además, un vestuario de torero. Ignora este Lazarillo si con ese aspecto, en lugar de repartir besos y caramelos a los niños y niñas sevillanos, se ciñó a ofrecer una serie de pases taurinos desde su carroza para contribuir a que un espectáculo prohibido para menores por la ONU tuviera presencia en una de las fechas festivas más ilusionantes para la infancia. No esperamos que, como hiciera el Ayuntamiento de Madrid disculpándose por el vídeo de la Junta Municipal de Chamartín en el que aparecía el rey Baltasar con la cara pintada y un repelente acento seudo-marroquí, el Ateneo de Sevilla haga lo propio.

DdA, XX/5.534

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