Félix Población
Pascual Cansado Pérez nació el 25 de diciembre de 1922. Iba a cumplir, por los tanto, un siglo y un año de edad el mes que viene. La grabación en vídeo permite escuchar lo muy vivo de su memoria, en su voz emocionada y llorosa, casi noventa años después del asesinato de su padre José Cansado Lamata y su tío Antonio Cansado Lamata, dos de los conocidos como Los doce de Ateca, detenidos y trasladados por los militares sublevados con destino desconocido en dirección a Zaragoza el 26 de octubre de 1936. Pasados treinta kilómetros, el camión que los transportaba se desvió de la vía principal y se adentró en un camino de tierra. Como en otros muchos casos, los detenidos fueron obligados a cavar su propia fosa antes de ser asesinados, para ser secuestrados sus restos mortales años después, sin permiso de sus familias, al llamado Valle de los Caídos. Parecía que este año, con el primer gobierno de coalición progresista desde el final de la dictadura, las exhumaciones en Cuelgamuros iban a hacer posible el deseo que mantuvo hasta el fin de sus días aquel adolescente que vio como se llevaban a su padre y su tío para no volver a verlos jamás. A pesar de su edad centenaria y el vigor con que mantenía vivos en su memoria los recuerdos de aquel asesinato, como consecuencia sin duda de lo impactante de aquella vivencia, Pascual Cansado Pérez no ha podido recuperar para su padre un lugar digno, en compañía de los suyos, donde reposaran para siempre sus huesos. Las derechas extremas, que han vuelto a la monserga del España se rompe que utilizaron en 1936 para llenar cunetas y caminos de cadáveres sin nombre como los de los hermanos Cansado, siguen impidiendo afanes tan de humana condición como los de este hijo centenario queriendo abrazar los restos de su progenitor asesinado antes de morir. ¡Cuánta cobardía y cuánta miseria moral se está teniendo con esta deuda histórica, que es al mismo tiempo una deuda humanitaria! No olvidemos que hace bien poco fueron desalojados de la basílica católica los restos mortales del dictador que el gobierno del PSOE vendió como un logro de su ejecutoria, al que se le prestó una excepcional y vergonzosa cobertura mediática a través de la televisión pública. Si en Argentina ha sido posible que un payaso mediático ultraconservador llegase a la presidencia de aquella república, ha sido porque cuarenta años de democracia han sido un fracaso, con haber sido allí mucho más respetuosos con su memoria histórica, juzgando a los responsable de su dictadura. La democracia española, sin embargo, está siendo un fracaso con su memoria democrática, por lo que no estamos libres de que se pueda fabricar también un líder de la catadura del que ocupará la Casa Rosada. De hecho, sería una lideresa, en nuestro caso, a la que le gusta la fruta, y están trabajando en ello, que diría Aznar.
DdA, XIX/5.502
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