Lazarillo
Nadie podría descalificar a una de las glorias del viejo régimen en concentraciones como la que tuvo lugar el pasado domingo en Madrid en contra de la amnistía a los independentistas catalanes. Es habitual que a este tipo de concentraciones se añaden, además, gentes de la extrema derecha con enseñas del viejo régimen que asumen los convocantes porque lo vienen haciendo desde los orígenes del Partido Popular, que ya se sabe cuales son. Decir de José María Pemán que fue un fascista, un misógino y un represor de los maestros republicanos y demás personal docente le ocasionaría problemas al osado que tuviera el valor de recordarlo. Lo de Pemán viene a cuento, como nos recuerda hoy Clemente Alonso, porque estando de actualidad el abuso y sus derivaciones sociales cometido contra una futbolista de la selección española de fútbol por la máxima autoridad de ese deporte, conviene recordar que Pemán además de ser uno de los intelectuales más agasajados de la dictadura, dirigió entre 1932 y 1934 una publicación que se editaba en Madrid bajo la cabecera Ellas, semanario de las mujeres españolas, en la que dejó textos del poeta gaditano como el que ilustra este comentario con ocasión de la fecha histórica en la que la mujer consiguió conquistar durante la segunda República el derecho al voto. Para Pemán el papel de la mujer no es el activo de conquistar, sino el pasivo de ser conquistada.
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