LA MASTINA DE LA GORGORITA

 

Lazarillo

Estaba este Lazarillo sentado leyendo junto a la piedra del molino de La Gorgorita, después de haber subido en bicicleta a la localidad montañesa de Oville, según el gustazo que le cogí a esta amena ruta, cuando vi venir carretera arriba a esta mastina que me pareció joven y extraviada, o más bien posiblemente abandonada a su suerte. Hice lo posible por acercarme a ella, dispuesto a darle un trozo de la hogaza que había comprado esta misma mañana en la panadería de Pacho, pero el animal me rehuyó temeroso y se limitó a beber agua en esa generosa fuente eterna que no conoce la sequía  y lleva también el nombre del molino, restaurado hace años por los vecinos del pueblo para repararlo del expolio y el olvido, según dice la correspondiente placa. Hoy me entero por las redes sociales de que se está tratando de dar con quien reconozca al animal, que finalmente llegó a Oville y por allí debe seguir. Es de esperar que una tierra y un vecindario que tanto deben a esa magnífica raza autóctona tengan la humanidad requerida para que el animal encuentre refugio y pueda cumplir con su tradicional trabajo como protector del ganado. No todo va a ser presumir de la belleza y cualidades del mastín leonés en los concursos internacionales.

DdA, XIX/5.440