martes, 12 de septiembre de 2023

LA AMNISTÍA, FELIPE GONZÁLEZ Y EL GENERAL ARMADA


Félix Población

Casi al unísono, como suelen ocurrir estas cosas, la derecha mediática sacó a pasear a los dos jarrones chinos con los que aún cuenta el Partido Socialista, si bien tanto a Felipe González como a Alfonso Guerra les cuesta seguir votando al PSOE, según confesó el primero en una de las entrevistas. Los dos están sirviendo en los últimos años más a los intereses de la derecha que a los de su propio partido, de ahí que sus criterios se busquen y expongan más en ciertos medios que en otros. Sobre todo cuando, como en las actuales circunstancias, la formación de un nuevo gobierno de coalición progresista (al que ya se opuso en su día Felipe González) está pendiente de que se aplique una amnistía a los independistas catalanes, tal como plantea Puigdemont, un politicastro que no se merece Cataluña. Es de recordar que consta en el historial político  del señor González, siendo presidente del Gobierno en 1988, el indulto aplicado al marqués de Santa Cruz de la Rivadulla el día de Nochebuena de ese año, alegando razones de salud. El citado marqués falleció en su confortable pazo gallego 25 años después, a los 93 años de edad, y responde a la profesión y el nombre de general Afonso Armada Comyn, instructor y preceptor del rey Juan Carlos I, jefe asimismo de su real casa poco antes de que tramara con varios partidos políticos y poderes fácticos, en los inicios de 1981, una moción de censura para cesar al presidente Adolfo Suárez y erigirse en nuevo presidente de un gobierno de "unidad nacional". Tal gobierno tendría como vicepresidentes a Felipe González y Manuel Fraga (algún periodista le preguntó a cualquiera de ellos por este nimio detalle). La dimisión de Suárez frustró los planes de Armada, pero no los de incorporarse a la trama del golpe militar del 23 de febrero, tras el asalto del teniente coronel Tejero al Congreso, siempre que el nuevo gobierno cívico-militar estuviera presidido por él mismo, claro está. Condenado a 30 años de prisión en 1983, el marqués de Santa Cruz de Rivadulla pasó un quinquenio en la cárcel por el más grave delito que puede cometer un militar en el ejercicio de su cargo, gracias al gobierno del PSOE. Obviamente, no cabe esperar de la derecha mediática que sus periodistas le hayan preguntado a Felipe González por la maltrecha salud del general golpista que le movió a disfrutar de la misma un cuarto de siglo más.

     DdA, XIX/5.442     

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