Lazarillo
La imagen que nos participa Antonio Banús, de la Asociación de Amigos del Románico del Norte, me hace recordar los tiempos de mocedad en los que este Lazarillo emprendió varias rutas del románico por la zona septentrional del país. La primeras fueron en una flamante bicicleta por las provincias de Palencia y Guadalajara. Luego hice varias más en mi vespa roja por las provincias de Burgos, Zamora y la comunidad riojana. Lamento no disponer del material gráfico recogido en esos viajes, extraviado en alguna de mis mudanzas. Sí creo conservar alguno de los artículos que escribí. El románico de la provincia de Segovia también lo conozco bastante bien, por lo que la iglesia de San Miguel Arcángel que fotografió Antonio, en la localidad de Fuentidueña, quiere sonarme. El fragmento que recoge la imagen muestra tres canecillos del alero de la fachada norte. El primero de la izquierda podría ser una representación de Moisés, pero los rayos o astas que lo coronan lo pone en duda. El canecillo siguiente muestra a una pareja en plena coyunda, que diría el arcipreste Juan Ruíz, no se sabe si con la intención propagandística de cumplir con el mandamiento eclesial de criar hijos para el cielo. El canecillo tercero es una cabeza de vaca o buey, sin más. El románico segoviano se caracteriza por sus torres solemnes y por el pórtico de arquerías sobre columnas sencillas o pareadas. Por ser un estilo tan apegado a la tierra, tiene la gracia de arraigarnos a lo que somos.
DdA, XIX/5.436
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