Félix Población
Impresionado por lo que está ocurriendo en Grecia, el país cuna de nuestra cultura, donde después de unos masivos incendios que se repiten año tras año soporta ahora gravísimas inundaciones como consecuencia de las lluvias torrenciales, le pregunto a mi estimado amigo Pedro Olalla por sus impresiones, habida cuenta su vocacional arraigo en aquella nación desde hace muchos años y sus profundos conocimientos de la Grecia clásica, sobre la que ha escrito interesantes y muy recomendables libros. "La desfachatez de Mitsotakis -me dice- no conoce límites. En efecto, la mayoría de los incendios son siempre provocados y lo sabe, pero también sabe -y no de oídas- lo que también hay detrás de toda esta situación y no lo dice. Ni, por supuesto, le pone remedio. Su "análisis" no va más allá de culpar a agentes pro-turcos o de acusar de pirómanos a los migrantes ilegales (que, además, han sido las únicas víctimas humanas). No hay persona más desamparada y vulnerable que un migrante ilegal: no me lo imagino internándose en el bosque para provocar incendios". Quienes sentimos, por lo que significó la cultura griega, una vieja admiración a su legado, fruto de la educación impartida por algunos de nuestros profesores, no podemos evitar una creciente desazón ante los últimos y desgraciados años de la historia de ese país, víctima del propio sistema económico que compartimos. Después de la desatada voracidad del fuego, de la que la extrema derecha está culpando sin prueba alguna a los migrantes ilegales -contribuyendo con ello a una creciente xenofobia-, las inundaciones masivas están asolando la nación en la que están las raíces de nuestra civilización occidental. Mientras esto ocurre cada vez con mayor intensidad, los mismos que propagan el racismo y la xenofobia en Europa cuestionan el incuestionable cambio climático que está experimentando fehacientemente el planeta. Sin raíces no hay frutos.
DdA, XIX/5.436
1 comentario:
Tiene usted toda la razón, son los mismos incultos o tontos que no comprenden que el clima desde hace millones de años sufre cambios constantes de adaptación. Son ustedes los zurdos de mierda que niegan la vida a un nonato en el vientre de su madre, que desean la muerte a enfermos o ancianos, sí , son los mismos, son ustedes los mismos nazis del Partido Socialista Obrero Alemán que preguntó a vuestro admirado Stalin por la solución final.
La misma solución final que aplican ustedes los zurdos ahora mismo.
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