Lazarillo
Por experiencia propia debo decir que el nacimiento de dos de los más importantes periódicos de este país, en distintas épocas, de distinta forma pero con muy parecida proyección de mercado, están teniendo un similar desarrollo. Me estoy refiriendo a El País, el periódico de la progresía durante la Transición y bastantes años después, y elDiario.es. En uno y otro caso fueron un éxito a los pocos años de emprender su derrotero, que a este Lazarillo le pilló con el primero cuando se iniciaba en la profesión y en con el otro cuando ya estaba de vuelta. Digo por eso por experiencia propia, porque quizá me hubiera apetecido formar parte de sus colaboradores y cerca estuve, aunque no llegara a cumplirse. No es momento de explicar los posibles motivos, porque lo que quería anotar es que los dos periódicos cada vez se parecen más ante circunstancias informativas como la que apunta mi estimado Raúl Solís. Que con todo el vendaval mediático levantado con el Caso Rubiales ninguno de esos diarios haya tenido la decencia profesional de entrevistar a la ministra de Igualdad en funciones, responsable en última instancia de que una alta autoridad deportiva haya sido vapuleada internacionalmente por avalar con su comportamiento la necesidad en este país de la Ley del sólo sí es sí, es una demostración más de hasta qué punto la progresía mediática favorece a quien vetó a Irene Montero en las listas de Sumar. Sin la ministra de Igualdad y otros de sus compañeros en esas listas, el fracaso de Sumar en las elecciones está dejando la posibilidad de un segundo gobierno de coalición (a menos) con el PSOE a punto de un segundo y funesto tamayazo, con la colaboración estelar del Jefe del Estado.
DdA, XIX/5.432
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