lunes, 21 de agosto de 2023

NUESTRAS FUTBOLISTAS SON INIESTAS GANANDO CIEN VECES MENOS



Valentín Martín

NO AL BORDALESISMO
No hace tanto que asistimos a una vergüenza. Un señor de Alicante, que bien podría ser boticario, tuvo la ocurrencia nefasta de dedicarse al fútbol. Se enfrentaba su equipo de hombres muy hombres al que fue de Iniesta, el pálido y lírico que vuela mientras juega. El de Alicante mandó soltar estopa como aquel Catilina que tenía al republicano Cicerón hasta las criadillas. Abutere, dejó escrito el republicano. Tanto abutere hubo en el mensaje bordalesista que de 90 minutos que dura un partido de fútbol el balón estuvo parado 1 hora y 5 minutos, mientras los Iniestas rodaban por la hierba. Misión cumplida, se dijo el de Alicante.
Esta mañana desde Australia ha llegado una enmienda a la totalidad para él y para sus hombres muy hombres. Lo mandan un grupo de mujeres que han ido con sus familias a ganar un Mundial de fútbol.
En mi casa el fútbol sólo me gusta a mí. Pero de vez en cuando llamo para leer en voz alta el último poema de Rodolfo Serrano, o para advertir lo bien que juegan las mujeres donde todas son Iniesta.
Las mujeres españolas que hoy han dado una alegría al país son campeonas jugando como los violines y no tirando de bordalesismo.
Si miramos la historia de nuestro fútbol, vemos que los momentos de gloria han llegado a lomos del buen gusto. Todos los títulos grandes y únicos han tenido al buen gusto como estilo.
El fútbol bien jugado no es patrimonio de nadie. Podría decirse que, tirando del hilo, viene de aquella fascinante Hungría que asombró a todos en 1954. El rostro de Kocsis y otros aterrizaron en Barcelona. Luego lo hizo Cruyff a quien consideran su inventor. Y no. Porque antes vino Rinus Michels, otro falso pionero. La vida tiene cosas raras. Porque el padre de esta criatura es Jack Reynolds, un inglés.
Un inglés, ya ves lo que son las cosas, que se fue a los Países Bajos a implantar su idea. Él sabía que si propone eso en su país le cortan lo que más duele. Porque todos recordamos que Inglaterra inventó el fútbol, y con el paso del tiempo se le olvidó jugar. Años después ha vuelto sobre sus pasos y a la senda del buen fútbol.
Mujeres: los hombres lo intentaron varias veces y ellas a la primera, corona de gloria. Da gusto verlas.
Pero queda mucho bordalesismo tras la conquista de hoy. Primero del varón que reina: ha mandado a su santa y él se ha quedado esperando a Feijoo. A ver cuál de los dos se equivoca más. Alguien tendría que mentarle que la igualdad no es sólo mandar a la hija a estudiar para generala. Que también cuentan los gestos, lo escribo por su bienestar.
Bordalesismo es la brecha salarial que increíblemente perdura entre hombres y mujeres, como las que hoy han jugado siendo Iniestas ganando 100 veces menos. Pueden llenar un estadio con 100.000 espectadores, pero hasta que no aprendan a sonarse los mocos con un dedo sobre el césped, que no pretendan cobrar como los hombres muy hombres.
Y el bordalesismo final es para el partido más patriota y más racista. Porque esta mañana han ganado todas a una, pero parA llegar a esta mañana han tenido que meter los goles una inmigrante y una gitana. Y el remate final, la gitana.
¿Tremendismo? Pues claro, es el único idioma que entienden.

DdA, XIX/5.423

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