martes, 22 de agosto de 2023

RUBIALES VETE YA



Lazarillo

Como en La Sexta y otros canales se ha puesto de moda ilustrar los comentarios de los tertulianos con las imágenes repetidas que dan pie a sus opiniones, el beso del Rubiales lo hemos podido ver hasta la saciedad, sin que hasta la fecha sea posible que este señor dimita, lo inhabiliten o desaparezca de su cargo público. Ya está tardando. La repetición hasta la saciedad de esa imagen en el programa Al rojo vivo, cuya vida cabe desear corta después de que su presentador titular enlodara el periodismo con la emisión de noticias falsas, ha logrado esta mañana que se acumulara en mi ánimo la repulsión. Es muy lamentable que la importante victoria deportiva victoria del fútbol femenino español haya quedado enfangada por la máxima autoridad de ese deporte, que además dejó para la historia del día de la fecha otra imagen no menos deplorable, tal como se advierte en la fotografía que ilustra este post, menos difundida que la del beso de sapo, según recordó mi estimado Enrique del Teso citando un fragmento de la Regenta de Clarín. En verdad, que el Rubiales se tocase los cojones en la tribuna presidencial para celebrar el gol de La Roja daba pie a creer que lo segundo sería lo del beso en la boca a una futbolista que formaba parte de un equipo ejemplar, compitiendo en una competición internacional igualmente ejemplar, muy bien y limpiamente jugada por mujeres. ¿Tan impresentable puede ser quien preside una institución que representa al deporte mayoritario del país? ¿Cómo es posible que siga al frente de la misma todavía, ratificando de ese modo  su falta de dignidad y vergüenza?

Así besó Rubiales a Aitana Bonmatí en la misma sesión de felicitaciones 
que acabaron en el beso en la boca a Jenny Hermoso. Apestan a machuno poder.

El sueldo de Rubiales como presidente de la RFEF es muy generoso. El 30 de mayo de 2022, la Asamblea General aprobó que su salario para 2022 fuera de de 675.761,87 euros brutos (371.669,03 euros netos). A esto hay que añadirle una ayuda a la vivienda de 3.000 euros brutos al mes; es decir, 36.000 euros al año. 
El Huffpost

            DdA, XIX/5.424        

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