miércoles, 9 de agosto de 2023

CON BAHAMONTES HABLÉ MUCHO, PERO NUNCA LE MENCIONÉ A LOROÑO


MURIÓ EL ÁGUILA

Valentín Martín

No sé si lo he hablado ya por aquí o sólo con Félix Maraña, el hombre más fiel a todas sus pasiones. Entre ellas está el ciclismo y, como buen amigo de ciclistas legendarios, sé que se salta la siesta por el Tour. A Félix nunca le he recordado cómo nuestro Agustín Tamames, un hijo de Monterrubio de Armuña, cuartel general de mi amiga poeta Montserrat Villar González, le birló la Vuelta a España a Txomin Perurena en el último suspiro. Agustín entró como una exhalación en el Velódromo de Anoeta ( creo que allí terminaba la contrarreloj) ante el estupor te todos. Y nadie lo había pensado, porque mi paisano corrió la Vuelta para ayudar al llorado Luis Ocaña.
Se ha muerto Federico Martín Bahamontes, sí. No sé si es Pilar Barrenechea quien escribió hace poco que nos vamos muriendo al ver morir a los demás. Es verdad.
Yo estaba en segundo de bachillerato cuando Bahamontes fue el primer español en ganar el Tour. Lo ganó casi a la fuerza porque hasta ese 1959 se conformaba con el Premio de la Montaña, era el mejor escalador junto al luxemburgués Charly Gaul.
Como todas las leyendas, su biografía está llena de bulos. Como el que subía primero y esperaba a los demás comiéndose un helado. Ocurrió sólo una vez. Y fue el primero aún subiendo con los radios de la bicicleta rotos. Y esperó a un coche de apoyo para que se los arreglase. El helado se lo compró a un vendedor francés que andaba buscándose la vida allí.
Bahamontes era hijo del estraperlo en aquella España de la victoria y los himnos, de la hambruna y de la miseria moral a la que algunos quieren volver. Un niño que se hacía 30 kilómetros diarios en bici para ayudar a la familia a comer. Jamás le alcanzó la guardia civil.
Pasado mucho tiempo, cuando yo dirigía el periódico más leído y mejor escrito, entró un día en mi despacho pidiendo ayuda para su Vuelta a Toledo que el organizaba. Mi respuesta fue natural.
- Toda la ayuda. Tengo 35 años, estoy muy fumao y muy trasnochao, pero si quieres que corra yo, corro.
Hablamos mucho y muchas veces. Pero nunca le mencioné a Jesús Loroño, Félix.

DdA, XIX/5.414

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