LO QUE PIENSA UN GIJONÉS QUE FUE ENTENDIDO EN TAUROMAQUIA

Manuel Goti del Sol

En otros tiempos yo fui muy aficionado a las corridas de toros. En mi familia estaba muy arraigada esa querencia, con mi tío-abuelo Julio Argüelles como responsable durante décadas de las taquillas de El Bibio, cuando se ubicaban en el mítico El Retiro, en la actual calle Begoña y entonces Enrique Cangas. Mi padre disponía de dos abonos para la Feria de Begoña. Con este entorno, era habitual que ya de niño acudiese con cierta frecuencia al coso para contemplar las corridas. Incluso recuerdo que en una temporada tuve un abono.

Viví las actuaciones en directo de las figuras de la época, como El Cordobés, Paco Camino, Diego Puerta, Antonio Bienvenida, Palomo Linares o El Viti, entre otros. Además, no perdía la ocasión de ver las corridas televisadas, que entonces eran bastante abundantes. Todo ello me proporcionó un cierto conocimiento de los diversos lances y suertes de la lidia; se me podría catalogar como un aficionado de nivel medio, incluso tirando algo hacia arriba.

¿Qué sucedió para que abandonase esta fuerte afición? Pues algo tan sencillo, y que parece resultar muy complicado para algunos, que se llama evolución. Los seres humanos, aunque tal parece que cada día menos, somos capaces de aprender nuevos conceptos, analizarlos y llegar a conclusiones que cambian la percepción que se tenía sobre un asunto. A través de la reflexión, llegué a determinar que los valores estéticos que podrían expresarse en la lucha entre el hombre y el toro, quedaban absolutamente empañados por el hecho de convertir a un hermoso y noble animal en un amasijo de hierros y carne ensangrentada.

Ahora las corridas vuelven a esta villa marinera y me entristece mucho. Me pareció correcta la decisión de su retirada y esta vuelta atrás es un claro retroceso en los valores que una sociedad formada debe contemplar, uno de los cuales debería ser el rechazo al maltrato animal en cualquiera de sus formas. Creo que el discurrir de la historia corre a favor de lo que yo pienso, aunque este paso atrás resulte de lo más lamentable.

DdA, XIX/5.399

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