martes, 11 de julio de 2023

FIARLO TODO AL DEBATE ES LA CONSTATACIÓN DE LOS ERRORES COMETIDOS


Félix Población

Dos medios de información o difamación, caracterizados por sus falacias y tergiversaciones, están siendo muy bien tratados por gobiernos de la derecha extrema como el que tenemos en la malformada comunidad autonómica de Castilla y León. Es el caso del periódico que dirige Eduardo Inda, OKdiario, que ha pasado de recibir por contratos de publicidad institucional 52.000 y 64.000 en los años 2020 y 2021, cuando el Partido Popular gobernaba con Ciudadanos, a casi 85.000 en 2022, desde el pacto con Vox para administrar la región. 

Es de hacer notar que ya de 2019 a 2020 la publicidad institucional a ese medio de comunicación que denigra al periodismo se triplicó, pues en 2019 no pasó de 18.000 euros. La suma total desde 2017 a OKdiario por publicidad institucional supera los 275.000 euros. Menor, pero también significativa por su incremento, es la publicidad institucional pagada al canal bodrio de Jesús Negre que desde que la extrema derecha gobierna en Castilla y León ha aumentado sus beneficios publicitarios a cargo de la Junta, pasando de 4.000 euros en 2021 a casi 7.000 al año siguiente. 

Para que tengan una idea de los ingresos publicitarios que por la administración pública recibe un medio de comunicación independiente de izquierda como El Salto, baste decir que no han llegado a 300 euros (240) en seis años, según detalla Yago Álvarez, periodista perteneciente a ese mismo medio e informador de los datos que no leerán más que en el suyo o en muy poco más porque la tarta de la propaganda institucional es muy apetecida por casi todos,

Si se añade al del Castilla y León los varios gobiernos autonómicos PP/Vox que se han formado después de las últimas elecciones, cabe suponer que el monto de publicidad institucional a medios como los mencionados u otros de similar tendencia y condición nos dejará de crecer, al tiempo que decrecerá la democracia en nuestro país. Es más que alarmante la falta de conciencia cívica y democrática de la ciudadanía ante la oleada mediática del bulo que nos corroe.

Por esa peligrosa trayectoria vamos aceleradamente, según ha reconocido el propio presidente del Gobierno, que en lugar de evitarla arbitrando medidas desde el ejecutivo para ello, hizo posible una deplorable gestión de la televisión pública estatal durante esta legislatura que nos hubiera gustado ver reflejada como autocrítica a la hora de denunciar en estudios de radio y platos de televisión -como ha hecho últimamente- el auge mediático de la desinformación y la patraña desde la derecha mediática.

PS. En cuanto al debate de ayer en Atresmedia, y no en la televisión pública como debería haber sido, mucho me temo que Sánchez se quedó lejos de movilizar a ese 20 por ciento del electorado de izquierda que está cabreado o dormido ante las próximas elecciones, según escribe su exasesor Iván Redondo en el diario La Vanguardia: "Fiarlo todo al debate es la constatación de los graves errores de los dos últimos años", señala Redondo.

      DdA, XIX/5.391     

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