Félix Población
Entre los restos óseos de las siete víctimas del franquismo hallados en la localidad soriana de Las Casas (de lamentar que en la noticia se diga que las víctimas lo son de la Guerra Civil), la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad informa que se encontraron balas nazis de corto calibre, algo que pocas veces -puede que ninguna- se hizo constar en este tipo de hallazgos.
El dato da paso, obviamente, a una ampliación de las investigaciones para conocer más detalles de la ejecución de estos crímenes, de los que fueron víctimas siete varones de procedencia campesina, a juzgar por las abarcas que calzaban y otros objetos personales encontrados en las fosas.
Se da la circunstancia, celebrada por la mencionada asociación soriana de que la policía científica y judicial estuvieron presentes en todo momento durante los trabajos de exhumación, algo que los colectivos memorialistas existentes en nuestro país desde hace más de veinte años han reclamado durante tanto tiempo, pues a las víctimas del franquismo se les debe tratar como tales.
Como siempre que se exhuman esas miles fosas que quienes las cavaron pretendieron enterrar en el olvido, para que su ejecutoria quedara impune, la Sociedad de Ciencias Aranzadi corrió con las responsabilidades en las labores arqueológicas y científicas, así como con la localización de los familiares de las víctimas.
Serían esas mismas balas nazis halladas en la pequeña localidad soriana las que unos años después sembraran Europa de muerte y destrucción, provocando las más atroz de las guerras vividas en la historia de la humanidad. En España, sin embargo, y en algunas otras naciones europeas, parece que de nada vale que se siembren de flores y semillas los llamados Lugares de la Memoria, germen de los valores por los que combatieron tantas víctimas del fascismo.
Los idearios retrógrados, xenófobos y racistas, como aquellos que pretendieron conquistar Europa hace poco más de ochenta años, están de vuelta. Me pregunto si no vamos a disponer ahora de la suficiente unidad de acción democrática como para que quienes propalan semejantes credos no puedan de nuevo imponerlos pese a ese pasado de barbarie que representan.
DdA, XIX/5.366
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