Félix Población
No lo reconocerá nadie, o sólo muy pocos, pero ahora que Pablo Iglesias no forma parte de la política en activo -muy entregado y ocupado al frente de Canal Red y sus colaboraciones en diversos medios-, quien fuera vicepresidente del Gobierno acaba de demostrar que tiene mucho más tiempo mental para seguir creciendo intelectualmente.
Pienso esto después de escuchar su discurso* en un mitin de su partido en Madrid, en el que por su lucidez sobrepasó todos aquellos que ha ido dando a lo largo de su carrera política. Para ello recurrió a su diversión más conocida, que como todo el mundo sabe es la de ver series de televisión. Recuerdo a este respecto que cuando, con ocasión de una jornada muy grata pasada en su compañía y en la de Irene Montero en un pueblecito zamorano, advirtió mi desconocimiento en esa materia, se sintió más que sorprendido.
Pude haber imaginado entonces, ante su desbordante conocimiento de ese género, que alguna vez iba a hilvanar -como acaba de suceder en Madrid- un discurso tan completo y sugestivo como el de encajar la corrupta política madrileña del Partido Popular en el posible guion de una serie para ofrecérsela al periodista y productor David Simon.
Habrá quien haya pensado que ese discurso no pasa de ser un buen discurso político, el mejor a mi juicio de los que ha protagonizado Iglesias, pero no sería desdeñable que pudiera ser, en efecto, el guion de una serie que dejara constancia histórica -en Canal Red, por ejemplo- de la corrupción política en España durante las pasadas décadas. Al fin y al cabo se trata de un asunto que ha sido, sigue siendo y desgraciadamente será el más habitual en los medios de comunicación.
*De recordar que en este discurso Pablo Iglesias afirmó que el Partido Popular ofreció un pacto a su partido para no hablar del hermano de Díaz Ayuso en campaña. A cambio, los conservadores mencionarían a los candidatos de Podemos en los medios de información.
DdA, XIX/5.358
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