José Ignacio Fernández del Castro
«He estado tomando una nueva dirección/ Pero me
tengo que quedar…/
He estado pensando en mi propia
protección:/ Me asusta sentir de esta manera./
¿Qué
tiene que hacer el amor?, ¿qué se tiene que hacer con él?.../
El amor no es nada más que una
emoción ya usada./
¿Qué
tiene que hacer el amor?, ¿qué se tiene que hacer con él?.../
¿Quién necesita un corazón cuando
éste puede ser roto?.»
[Traducción de las últimas estrofas de la canción «What’s Love Got to Do with It», compuesta por Graham Lyle y Terry Britten para el tercer álbum en solitario, Private Dancer (1984), de Tina Turner]
El 8 de julio de 1990 Gijón entraba
en el circuito de los grandes conciertos de estrellas internacionales… Y
lo hacía de la mano de la "reina del rock", Tina Turner, con una
imborrable actuación en el estadio de El Molinón abarrotado por 41.000
personas... Yo tenía por entonces 31 años y era profesor de Filosofía en el por
entonces IES "Rey Silo" de Pravia, cerrado definitivamente en el verano
de 2009.
La energética estrella era capaz de
llenar con su sola presencia cualquier escenario, cualquier expectativa,
cualquier sueño… Y no lo había tenido fácil: hija menor de una familia donde se
mezclaba la ascendencia afroamericana con la nativa (su madre provenía de
cheroquis y navajos), pronto conoció la violencia doméstica que acabó derivando
en el abandono del hogar por la madre y, después, también por el padre,
habiendo de refugiarse, con apenas trece años, en casa de su abuela… Pero, tras
su llegada al mundo de la música, primero formando dúo con su hermana Alline y
luego entrando sorpresivamente (casi en una experiencia de karaoke a la
antigua) en la banda Kings of the Rhythm liderada por Ike
Turner, acabaría formando dúo artístico con éste, casándose con él y volviendo
a toparse, esta vez en propia carne, con la violencia doméstica… Y para colmo,
cuando intentaba levantarse y rehacerse como cantante solista, la industria
musical mostró durante años su recelo ante las posibilidades de una cantante ya
“demasiado madura” (tenía 37 años cuando se separó de Ike)… Y tardaría casi una
década en recuperar su primacía en el panorama musical.
Recientemente, aprovechando el puente
de diciembre de 2021, hicimos una visita familiar a Londres para ver a nuestra
hija... Y aprovechamos para ver el brillante musical, estrenado en 2018 e
interrumpido por más de un año por la pandemia, Tina: The Tina Turner Musical, en su versión original con Adrienne Warren interpretando
a la protagonista y cantado buena parte de sus éxitos en el Aldwych Theatre del
West End londinense… Y a fe que, con base en sus memorias, My Love
Story (2018). El libreto de Katori Hall, Frank Ketelaar y
Kees Prins hacía honor a su esforzada y, sobre todo, a la energía que
desplegaba en el escenario.
Ahora que Anna Mae Bullock (Brownsville, Tennessee, Estados Unidos, 26 de noviembre de 1939- Küsnacht, Suiza, 24 de mayo de 2023), artística y eternamente Tina Turner, acaba de morir como suiza, que su enorme energía se ha agotado a los 83 años, es preciso que quienes en algún momento la recibimos para impulsar nuestro propio día a día le rindamos tributo eterno... ¡Que la tierra sea leve a quien hace tiempo figura, por derecho propio, en un lugar destacado del Olimpo musical de todos los tiempos!.
Portada del semanario Hoja del Lunes de Gijón con ocasión del histórico concierto de Tina Turner celebrado en esa ciudad. El titular llama la atención y en el texto se dice que la cantante, una vez llegó a Gijón, hubiese preferido un hotel con vistas al mar, antes que el Reconquista de Oviedo. El editorial se centra en la promoción internacional de la ciudad que trajo consigo ese concierto, por el que celebra al Ayuntamiento por organizarlo.
DdA, XIX/5.358
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