lunes, 17 de abril de 2023

LO DE ÉVOLE CON YOLANDA DÍAZ FUE IGLESIAS


Alejandro Álvarez

La entrevista de Évole a Yolanda Díaz ha aportado muy poco o nada políticamente porque ha girado prácticamente todo el tiempo sobre el enfrentamiento de la entrevistada con Pablo Iglesias. Ni siquiera del enfrentamiento de Sumar con Podemos sino de Yolanda con Iglesias. Incluso ha llegado a resultar cansino ese marco que el entrevistador ha cultivado continuamente, llegando en algunos momentos a adquirir el cariz de una entrevista sobre la ruptura amorosa de una pareja. Evidentemente, el marco dibujado por el entrevistador no estaba pensado para que nos enterásemos de qué va a hacer en el gobierno sobre los temas esenciales "que afectan a la gente" (la educación, la sanidad, la atención a mayores, la política laboral, la política económica, la política fiscal, las libertades públicas -ley mordaza,...-la política de interior y los derechos humanos, la política exterior, la política de seguridad, etc ..). Évole no pretendía eso porque eso no le interesaba. Lo morboso tiene más público y a eso se dedicó. Por eso, seguramente el entrevistador citó treinta o cuarenta veces a Iglesias y casi nunca a Ione Belarra, líder de Podemos. Yolanda Díaz no es culpable del marco que Évole trajo a la entrevista pero sí de no haberse dado cuenta de que ese marco de confrontación binaria Yolanda/Iglesias en el que la encerró empobrecía notoriamente la entrevista y que debía cortarlo pronto. Évole, evidentemente, no buscaba el beneficio de Yolanda (lo cual es comprensible) ni una clarificación política que ayudase al espectador a conocer el proyecto (algo exigible desde la ética deontológica de la profesión, pero cada día más infrecuente). Lo que Évole pretendió en esta y en todas sus entrevistas es alcanzar audiencia, que es lo que le da réditos a su productora, lo cual le exige responder a los intereses de la cadena que emite el programa. Y la audiencia se consigue más con lo morboso, lo simple, lo binario y lo emocional que con el rigor informativo. Eso debía haberlo previsto Yolanda Díaz y su parte de culpa es haberse dejado encerrar en ese marco tan pobre. Pero el principal culpable es, sin duda, el entrevistador, Jordi Évole, que ha aprendido muy bien que para mantenerse en antena de una cadena poderosa y sacar réditos es mejor jugar a convertir en mercancía muy vendible lo que debiera ser información seria.

DdA, XIX/5.426

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