sábado, 15 de abril de 2023

FRANCIA...UNA VEZ MÁS, CONTRA EL CANSANCIO DE CEDER CONTINUAMENTE


José Ignacio Fernández del Castro

«No, esta amenaza [la de la barbarie fascista] no ha desaparecido del todo. De la misma manera, apelemos todavía a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.

A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto:

“CREAR ES RESISTIR. RESISTIR ES CREAR.»

 (Stéphane Frédéric HESSEL; Berlín, Alemania, 20 de octubre de 1917 - París, Francia, 27 de febrero de 2013. Final de Indignez-vous!

-¡Indignaos!. Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica-, 2010 -2011 en castellano-.)

 

En el tránsito del año 2010 al 2011 un breve y modesto opúsculo, llamando a la insurrección pacífica frente al (des)orden del mundo, se convertía por sorpresa en un best-seller presente en muchos miles de regalos propios de las fechas… Se trataba, claro, del Indignez-vous! con el que el viejo luchador de la Resistencia Stéphane HESSEL hacía una llamada, sobre todo, a la juventud para que luchase por un mundo en el que todavía pudiesen vivir dignamente… Sería rápidamente traducido a decenas de lenguas y alumbraría el movimiento que sacudió las plazas de todo el mundo, tomando (no en vano) el nombre de “indignados”. Otras voces que, desde su modesta sabiduría, desde su veterano afán de resistencia, desde su serena voluntad de agitar el mundo para sacudir las injusticias, contribuían entonces a movilizar la indignación popular frente al oprobio globalizado… Y muchas de ellas fueron, poco a poco, dejándonos un poco más solos, menos abrigados de imágenes y palabras, de disidentes metáforas cálidas, precisas y sentidas... Manuel Vázquez Montalbán en 2003, José Saramago en 2010, Eric Hobsbawm y Wislawa Szymborska, Francisco Fernández Buey, Chavela Vargas, Oscar Niemeyer y Shulamith Firestone en el fatídico 2012, Enrique Meneses, Eugenio Trías, y el propio Stéphane Hessel en 2013, fueron dejando este mundo cruzado por el rastro de su vida plena de luchas e desesperanzadas ilusiones. Desesperanzadas, sí, porque su racionalismo analítico no podía dejar de reconocer lo desigual de la lucha por la justicia, entendida como encuentro de igualdad y libertad sobre fondo solidario... Una lucha en la que los instrumentos de dominio simbólico son unos medios de comunicación de masas, unas industrias culturales prestas a poner toda la carne en el asador de la extensión global de la sumisión aprendida, la aceptación de un “todo vale” mientras sea susceptible de negocio en algún mercado… Para que se quiebre cualquier perspectiva comunitaria en un “¡sálvese quien pueda!”.,

Todas estas voluntades desaparecidas, aun no pudiendo ser ingenuamente optimistas, supieron abrir con sus huellas caminos creativos de disidencia... Por eso ahora, cuando nos toca aprovecharlos y transformarlos hasta convertir la propia resistencia en capacidad de creación, levanta el ánimo comprobar como Francia, una vez más, nos ofrece ejemplos de voluntad civil comunitaria frente al poder individualizador, ocupando calles y plazas contra la hipoteca del presente y del futuro como un paso más en la precarización de la vida. Porque las calles y plazas de Francia toda, ocupadas a partir del emblema alterinstitucional de “los chalecos amarillos”, en su protesta contra las políticas neoliberales que encarecen la vida o recortan pensiones, son un gráfico homenaje a Hessel y esas voces que nos dejaron… Y los fuegos que, a veces, alimentan son génesis de vida (no como los que hicieron arder los montes asturianos)… Fuegos que envidiamos porque arden desde el cansancio de la aceptación de lo que hay… Con ese mismo cansancio que llevara a Rosa Parks a su pionera negativa a dejar el asiento en un autobús a alguien cuya único valor era tener una piel más clara. Porque, como bien dijo, «…la única cansada era yo, cansada de ceder» (Rosa Parks: My Story, 1992)… ¿Algún día aprenderemos, de esa Francia ardiente o de Rosa Parks, a mostrar a las claras nuestro cansancio de ceder continuamente?.

     DdA, XIX/4.425     

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre... , #profeNACHO , TUS COMENTARIOS Y APORTACIONES :
CON :
#MINÚSCULASdeNoNgritarSiC : ¡¡¡ #matrículaDeHonorYmás
#indignaciónPOSITIVAcomAsí

Publicar un comentario