martes, 11 de abril de 2023

DANIEL HARE...Y YA TODO ES MÁS LUZ


Valentín Martín

TORRE DEL AIRE
Hace un millón de años yo no tenía coche ni carnet de conducir, pero sí niños. Ahora sigo sin coche ni carnet de conducir, y tampoco tengo niños. Por aquellos veranos, para ir a la tierra del padre, alquilaba un taxi de pueblo, muy grande. El taxi de pueblo, como no estaba acostumbrado a la competencia y le daba miedo la gente, nos llevaba por carreteras secundarias cruzando ríos, montes y valles. A los 5 minutos de salir de casa los niños preguntaban ¿no llegamos ya? La prisa de los niños por la arribada no estaba en las ganas de jugar al bote boleiro sino por dejar de escuchar al Fary a quien el taxista tenía mucho apego. Cuando le pedí al conductor que apagara la radio puso cara de perplejidad: no le cabía en la cabeza que hubiera alguien en el mundo sin devoción al Fary.
Cuando oyes a Daniel Hare te das cuenta de que todo viaje necesita una música. Y Torre del Aire es un viaje que se va en un rato de melancolía o ensoñación, un regreso a los puntos de partida donde las vidas empezaron así y pudieron empezar de otra forma y tener otro destino final.
Para saber dónde estamos cada minuto de la función, además del texto que abre los ojos, están las canciones que marcaron la dulzura o el alivio de vivir lo que tocó. Daniel Hare, un hombre de talento y corazón que viajó por sí mismo hasta parararse en el músico que es, entrega su sensibilidad a las sensibilidades de otros. Y ya todo es más luz.

DdA, XIX/5.421

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