ALEJANDRO CÉSPEDES, EN SU MUNDO DE AYER

Alejandro Céspedes

Como algunos sabéis, pueden pasar 355 día al año en que no piso las calles de ninguna ciudad, no salgo de este entorno. Mi exterior es este. Desde hace muchos años, mis participaciones en actos literarios no pasan de 5 por libro que publico, del último ni uno, ni siquiera lo he presentado en ningún sitio. Mis relaciones sociales se concretan en conversaciones telefónicas con 3 o 4 amigos. Pasan muchos meses en los que no veo a más de tres personas, siempre las mismas (si excluimos los repartidores de objetos a domicilio, pero con estos no pasa de "gracias" y el nº del DNI). Todo esto es voluntario, mi encerramiento es cada vez mayor y mi falta de interés por el mundo también. No puedo poner fotos de mis vacaciones o mis viajes, no puedo imaginar nada más estresante y agotador que un viaje. Estas son las fotos de mi mundo, y este último mes está siendo prodigioso, desborda por fuera de belleza, aunque por dentro siga con esa tristeza pegajosa y esa falta de ganas de vivir o de razones para hacerlo. No me consoléis, no me hace falta. Soy así y por más que me esfuerce en imaginar otras vidas (de hecho lo hago continuamente), al final siempre termino refugiándome en esta, la que es mía. Envidio a quienes hacéis cosas, pero no porque yo no pueda hacerlas, (muchas no puedo, la verdad), lo que envidio son vuestras ganas de hacerlas, la energía que tenéis para seguir creyendo. Este es mi mundo de ayer. Y esta es la única ventana que tengo para asomarme a vosotros, no tengo instagram, ni tuiter, ni tiktok, ni ninguna otra cosa. Sois mi paisaje.

     DdA, XIX/5.421