martes, 11 de abril de 2023

PUEDE QUE NUNCA UNA DESUNIÓN ASÍ DE LA IZQUIERDA OCASIONE MÁS ASCO



Félix Población

Resido en un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca porque hace muchos años quise que mi hija se criara lo más cerca posible de la naturaleza. Ahora mi hija reside en la ciudad en la que yo crecí profesionalmente, ganándose la vida a costa de soportar unas lamentables condiciones de trabajo en todas sus actividades: ya sea componiendo música, haciendo bolos, colaborando en las revistas musicales o dando clases de violín en escuelas y academias. 

Soy consciente de que esas condiciones laborales no mejorarán, por idóneas que sean su formación, predisposición o aptitudes, a no ser que le toque un golpe de suerte. Para que mi hija y la gente de su generación (menores de 30 años) tengan un porvenir menos incierto del que tienen ahora, es preciso que aquellas formaciones políticas que defienden a la mayoría social puedan gestionar el gobierno de la nación. No hay otra.

Para eso es imprescindible que esas formaciones participen unidas en ese objetivo común. Personalmente estoy tan harto como asqueado de lo que viene ocurriendo desde que, con todo tipo de añagazas, falacias y difamaciones desde la mayoría de los medios de comunicación, así como desde el propio interior del partido forjando repetidas disidencias, se viene trabajando en contra del proyecto político que representó Podemos hace casi nueve años. 

Solo faltaba pillar poder o moqueta de ministerio -según se dice en estos casos-, como lo hizo Yolanda Díaz desde el cargo que ocupa como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo gracias a Unidas Podemos, para que esté a punto de consumarse una desunión fatal en contra el partido morado que conduzca a la catástrofe del proyecto político de izquierda que más entusiasmó políticamente a la ciudadanía en las últimas cuatro décadas, hasta el punto de llegar casi a superar al Partido Socialista.

Si se viniera abajo lo que ahora está en juego, esa unidad de la izquierda que podría decidir un mejor destino para las jóvenes y viejas generaciones, este país va a resultar invivible para personas como mi hija y todas aquellas que estudiaron y se formaron con tanto tesón como esfuerzo para trabajar en una sociedad decente. También para mí, porque el asco puede llegar a amargar en exceso la vida.

     DdA, XIX/5.421     

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