Pablo Iglesias
Parece
que los servicios de inteligencia de EEUU han hallado a los terroristas
culpables de los atentados contra los oleoductos Nord Stream. Esos oleoductos
representaban una de las infraestructuras estratégicas alemanas más importantes
para asegurar el suministro energético para sus industrias y sus ciudadanos.
Según
fuentes de la inteligencia estadounidense, se trataría de un comando ucraniano
que no tendría conexiones con el gobierno de Kiev. Todo esto lo contó el
martes The New York Times en una pieza que parecía salir al
paso del reportaje de Seymour Hersh que apuntaba a la autoría estadounidense.
El humor
negro se define por usar temas inapropiados; asuntos que, desde una
perspectiva no humorística, resultan enormemente serios, pueden convertirse en
objetos de risa y también de reflexión. Permítanme recurrir hoy al humor negro.
En
primer lugar, recordemos que Seymour Hersh es un plumilla que
nadie sabe cómo fue capaz de ganar un premio Pulitze. Hace pocas semanas, el
plumilla en cuestión publicó por su cuenta una detallada investigación que
responsabilizaba a los EE.UU. de un atentado que, sin duda, respondía a sus
intereses. Pero como hicieron notar ciertos catedráticos ad
honorem del periodismo madrileño, la pieza de Hersh no tenía calidad
suficiente para ser publicada porque solo contaba con una fuente
anónima. Ya se sabe que Madrid no solo es la capital de la libertad y de
las cañas bien tiradas; Madrid es también la capital mundial del rigor y de la
ética periodísticas. Si quieres aprender periodismo de calidad, todo el mundo
sabe que, como poco, hay que contratar un curso online de los
que ofrece la Asociación de la Prensa de Madrid. Allí un elenco de maestros
encabezados por Victoria Prego te enseñarán los secretos del oficio más
prestigioso de la capital del Reino.
El
caso es que sorprende que el tribunal de la inquisición periodística madrileña
no haya comentado gran cosa sobre una pieza del muy prestigioso New
York Times en la que se reconoce que las fuentes de la inteligencia de
EE.UU. no han querido comentar ni el origen de la información, ni las
pruebas de la misma, ni tampoco especifican nada del grupo
que actuó, ni tampoco dicen nada de quien habría pagado o dirigido la
operación.
Los
analistas estadounidenses, según The New York Times, no han llegado
a una conclusión definitiva y dudan sobre el peso que tiene esta nueva
información de inteligencia.
Que
esta filtración llena de pruebas y datos irrefutables haya llegado a la prensa
poco después de la investigación de Hersh es solo casualidad. Como es solo
casualidad que la Fiscalía alemana haya confirmado que el pasado mes de enero
se registró un barco propiedad de una empresa polaca sospechoso de llevar
a cabo la operación, añadiendo que las investigaciones sobre los responsables
y los motivos siguen en marcha.
Es
casualidad también que los medios alemanes, por su parte, hayan publicado
una investigación que revelaría detalles de las pesquisas oficiales. Dicen
que el comando estaba compuesto por seis personas, cinco hombres y una mujer.
En el grupo habría un capitán, dos buzos, dos asistentes de buceo y un
doctor. Según esos medios, la empresa polaca sería propiedad de dos
ciudadanos ucranianos y el comando habría partido el 6 de septiembre del puerto
de Rostock, Alemania, hasta la isla danesa de Christianso, muy cerca del lugar
del sabotaje.
Dicen
esos medios que, poco después del ataque, un servicio secreto occidental dio la
pista a otros servicios europeos, alertando de que un comando ucraniano era el
responsable de la operación. Dieron la pista pero no pudieron detener al
aguerrido comando de 6 personas. Qué cosas. Ya ven que el periodismo vive su
edad de oro.
Les
voy a decir la verdad. El atentado lo ejecutó el FRAP por orden mía y de mi
padre, con apoyo logístico de los tupamaros uruguayos gracias a un favor que le
pedí a Pepe Mujica. Y ya se sabe los escurridizos que son esos viejos
militantes antifranquistas a los que no pudieron detener los servicios de
inteligencia occidentales. Igual esto último lo saca alguno de esos digitales
madrileños de trabuco a los que riegan de pasta Ayuso y Almeida porque vivimos
en la edad de oro del periodismo.
ARA DdA, XIX/5.396
No hay comentarios:
Publicar un comentario