Lazarillo
Ahora que tenemos todavía fresca la última edición de los Premios Goya, sin que en esta ocasión hubiese manifestación alguna del No a la Guerra -por la que se desarrolla en Ucrania, país europeo, tras la invasión militar rusa-, no está de más recordar uno de los discursos más originales que tuvo por escenario esa convocatoria anual del cine español. Corrió a cargo de uno de nuestros mejores actores, cineasta y escritor también de renombre, y correspondió a la segunda edición, celebrada el 22 de marzo de 1988 en el Palacio de Congresos de Madrid. Fernando Fernán Gómez deseó una “noche de alegría” para los premiados y “de esperanza” para los demás, que siempre son la mayoría. La ironía del texto responde a la personalidad humana y literaria de quien dejó para la historia del cine una de las mejores películas españolas, aquel inolvidable y por entonces todavía muy vivo en la memoria del pública Viaje a ninguna parte (1986), fidedigno reflejo de la España de la posguerra en las personas de una compañía teatral ambulante, con notables interpretaciones del propio Fernán Gómez, José Sacristán, Gabino Diego, Juan Diego y Agustín González. Cada vez que este Lazarillo menciona este film siente ganas repentinas de volver a verlo. Vuelvo a insistir en que películas así deberían formar parte del índice de materias a estudiar en los centros de enseñanza, con el asesoramiento documental explicativo y preciso para situar el film en su contexto histórico.
DdA, XIX/5.378
No hay comentarios:
Publicar un comentario