martes, 31 de enero de 2023

¿QUÉ HONOR LES CABE A UNOS JUECES QUE ABSUELVEN LA CALUMNIA?


Félix Población

Habrá quienes, como yo, hayan sentido estos días unas ganas bien fundadas de faltar al respeto y al honor de los jueces de Madrid que, haciendo el juego a la ultraderecha mediática, se ciscaron en el Código Penal dejando impunes las calumnias perpetradas por un coronel retirado y exespía del CESID contra quien era vicepresidente segundo del Gobierno y no ha dejado de ser injuriado y difamado desde que se inició en la carrera política. 

Para esos despreciables individuos, la repetición hasta la saciedad de calumnias publicadas en unos medios de información comprados para ese fin, que las prodigan sin pausa como su fundamental razón de ser, no es delito. Sí lo es, en cambio, dibujar una paloma con pintura lavable sobre la tumba del dictador en el Valle de los Caídos “por atentar contra la dignidad del difunto”. 

No faltaron críticas muy duras en los medios de información más cautos en criticar las decisiones judiciales ante la barbaridad cometida por la Audiencia Provincial de Madrid en este caso. También las hizo con toda claridad el ex magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, que reclamó al Consejo General del Poder Judicial un comunicado en esa línea y contra el lawfare, aun a sabiendas de que tal posibilidad entre sus integrantes caducos es más que remota. 

Martín Pallín ha llegado a decir que se les debería hacer un test de alcoholemia o un chequeo neuronal a jueces de esa calaña por el compendio de barbaridades que conlleva esa sentencia absolutoria, producto de una ideología reaccionaria y “propia de mentecatos”. Tal como el ex magistrado señaló etimológicamente al utilizar este calificativo, lo de los jueces de la Audiencia Provincial madrileña absolviendo del delito de calumnia contra Pablo Iglesias a quien lo vinculó con el narcotráfico y la financiación ilegal de su partido “estando a sueldo de dos potencias extranjeras”, responde a mentalidades que desde los tribunales de justicia "están cogidas" o a merced de la derecha extrema mediática.

Un diario conservador como La Vanguardia fue ayer muy explícito con la firma de quien fuera su director hasta 2020, Marius Carlos, que se pregunta en su artículo qué deben entender por honor esos ilustres togados en el país de Anacleto: Después de conocer la sentencia, uno cree que, tras suprimir la sedición del Código Penal, ahora toca eliminar la calumnia. Las acusaciones del ex espía las recogió El Correo y en ellas presumía de saber que Iglesias cobró dinero procedente de desfalcos y del narcotráfico venezolano, que proporcionó pasaportes falsos a terroristas de Hezbolá y que estaba contrastada su financiación de Irán. ¿Qué deben entender por honor estos ilustres togados? ¿Qué suponen que es una calumnia? Por cierto, el ponente del tribunal había sido ex cargo público de la Comunidad de Madrid con el PP. Pero este sesgo es irrelevante. Al menos en el país de Anacleto.

NO ES IGUAL CALUMNIAR AL REY QUE A PABLO IGLESIAS

Antonio Cortés Avellano

Si a usted, querido ciudadano, se le ocurre decir que el Rey y sus colaboradores “han cobrado dinero procedente de desfalcos y del narco venezolano”, que “proporcionó pasaportes falsos a terroristas de Hezbolá”, que tenía “vinculaciones” con el terrorismo internacional y el blanqueo de capitales“, se le caería el pelo porque le buscarían refugio durante una temporada en una lúgubre prisión española. Además eso es mentira y la condena estaría justificada. Ahora bien, si todo eso lo dice un exmilitar jubilado con claros vínculos con la extrema derecha española, y en vez de al Rey se lo dice a Pablo Iglesias (siendo todo mentira también), pues eso no es delito de injurias por el "contexto político". Los que estáis defendiendo estos días a los jueces que rebajan condenas por la Ley del sí es solo sí, habéis de tener en cuenta que la judicatura está muy intoxicada por las ideologías de derecha y extrema derecha, cuando no fascista y machista.

   DdA, XIX/5.363   

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