Félix Población
Ayer en La Base, el programa con el que Pablo Iglesias quiso adelantarnos lo que pronto será el canal RED, se tocó por fin la tragedia de las residencias madrileñas en las que fallecieron, abandonados a su suerte y víctimas de una enfermedad dolorosa y cruel, más de siete mil ancianos en dos meses como consecuencia de la primera ola de la pandemia que afectó al planeta.
Como siempre en La Base, se documentó detalladamente las responsabilidad que en esa tragedia le correspondió al gobierno autonómico de Madrid y los nauseabundos bulos que pretendieron culpabilizar al entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. Esas patrañas desembocaron, cuando ya Iglesias había dimitido de ese cargo para presentarse a las elecciones autonómicas madrileñas, en una carta con cuatro balas en la que se amenazó a su familia.
Nunca sabremos la identidad de quienes enviaron esa misiva, porque la investigación ha sido archivada. Lo que sí quedó grabado en las videotecas es la intervención del presidente del Gobierno, una vez Pablo Iglesias tomó la decisión de abandonar el ejecutivo, y que ayer pudimos ver en La Base como evidencia de que los bulos no solo fueron cosa de los medios de la derecha extrema.
El señor Sánchez tuvo la felonía -esto sí lo es y no aquellos insultos de Pablo Casado- de mentar la residencias cuando se refirió a la dimisión de su compañero en el gobierno, máximo responsable de que por primera vez en la historia reciente de este país se formara un ejecutivo de coalición con una formación política a la izquierda del PSOE y que, por lo logrado hasta ahora, está muy por encima de lo que se conseguiría sin Unidas Podemos (UP).
La actual vicepresidenta segunda del gobierno,
sustituta de Iglesias en el cargo, debería tener en cuenta esa intervención de
Pedro Sánchez a la hora de dilucidar la trayectoria de su nuevo proyecto
político, que debe basarse, sobre todo, en lo que UP ha logrado y lo que el
PSOE por su cuenta no habría conseguido. Esto también vale para el electorado más incauto y para quienes fabrican encuestas en las que se cuenta con SUMAR como partido, sin que hasta el momento lo sea ni se sepa siquiera el nombre que adoptaría.
DdA, XVIII/5.328
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