lunes, 26 de diciembre de 2022

MEDIÁTICAMENTE EMPREÑADOS EN EL BIPARTIDISMO


Félix Población

Leo estos titulares en un medio de prensa provincial, perteneciente a una cadena que a raíz de la desaparición de los Medios Comunicación Social del Estado (antigua Prensa y Radio del Movimiento) se quedó con los más rentables, dando por inútil la pretensión de algunos periodistas adscritos a los mismos de organizar una prensa pública: "PSOE y PP cierran filas con el Rey para evitar "erosionar" la democracia española. Los principales partidos, protagonistas de un choque político inédito, aplauden el discurso e Felipe VI contra el "deterioro de la convivencia". 

El medio en cuestión, La Nueva España, dedica asimismo la mayoría de los artículos de opinión del día de la fecha al discurso navideño del monarca, sin que haya uno solo que disienta del criterio bipartidista que inspira el titular citado, pues para ese periódico, y posiblemente para todos los diarios de Prensa Ibérica, no hay democracia fuera de los dos partidos. 

Que sean esos dos partidos los que a lo largo de su trayectoria política han contabilizado más casos de corrupción y que uno y otro "cierren filas" (sintomática expresión) con el Rey -con la Corona también implicada en esa lacra-, no parecería lo más adecuado para "evitar erosionar la democracia". La erosión de la democracia procede en buena medida de ahí, dando lugar al surgimiento de otros partidos que, aunque no cuenten para esos medios o solo cuenten para erosionar su credibilidad sin mancha, bien deberían merecer al menos el respeto mediático a la hora elaborarr titulares como el antedicho.

La falta de respeto a esos partidos es, asimismo, una falta de respeto a la ciudadanía que los apoya y vota, y que desde el nacimiento de uno de ellos (Podemos) no ha dejado de ser despreciada por la mayoría de los medios de comunicación de este país, empreñados y empeñados en difamar y acosar a ese partido y en auspiciar un retorno al bipartidismo del 78 cuya erosión, la de la institución monárquica y la de la democracia española, está más que probada.

DdA, XVIII/5.335

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