lunes, 7 de noviembre de 2022

LAS HIJAS DE PACHÍN DE MELÁS

 


Félix Población

Había visto esta fotografía en varias ocasiones, revisando las que frecuentemente aparecen en las redes sociales provenientes del Muséu del Pueblu d'Asturies, en donde se encuentra depositado el extraordinario legado de Constantino Suárez, el fotógrafo gijonés al que debemos la más minuciosa y nutrida crónica gráfica de su ciudad durante los años veinte y treinta del pasado siglo.

En este caso, la instantánea data del verano de 1935 y ofrece una imagen de la mujer mucho más desinhibida y libre de las que se prodigaban por esa época. Estamos en el cuarto año de la segunda república española, y quizá también eso se hizo notar en la imagen femenina, al traer consigo el régimen del 14 de abril de 1931 una serie de derechos para las mujeres, en igualdad con los de los varones, de lo que jamás había disfrutado. Pocos habrían pensado entonces que esos derechos los iban a perder algunos años más tarde y durante mucho tiempo.

Lo que no sabía es que las deportivas mujeres que aparecen sobre la cubierta del velero ese domingo, en la playa de Gijón, eran las hijas de un popular autor de la literatura en asturiano Emilio Robles Muñiz (1877-1938), más conocido por el seudónimo de Pachín de Melás. Se trata, según nos cuenta mi estimado Chema Castañón, de Enriqueta, Mercedes y Pilar (de izquierda a derecha), y la fotografía forma parte de una exposición celebrada recientemente en Gijón, en el Museo Nicanor Piñole, bajo el título El verano de ayer. Gijón 1882-1935, que de seguro habrá sido muy visitada.

En los tiempos en que Pachín de Melás dio a conocer buena parte de su obra en asturiano, entre la que se cuentan piezas teatrales, zarzuelas, poemas y relatos, otros escritores bablistas eran igualmente muy populares en aquella región. Cabe mencionar entre ellos a Marcos del Torniello, Pepín de Pría, Pachu'l Péritu, Nolón o Alfredo Alonso.

Emilio Robles provenía de una familia muy modesta de 18 hermanos, por lo que hubo de trabajar desde muy joven, sin que por ello abandonara sus tempranas aficiones literarias. Es de hacer notar que Miguel de Unamuno formó parte del jurado que le otorgó al escritor gijonés un segundo premio en un certamen literario celebrado en 1904 que ganó Pin de Pría. Pachín Melás presentó en esa ocasión el romance La güelina.

Además de colaborar en la prensa obrera como militante socialista y trabajar como corrector de pruebas en el diario El Noroeste, Pachín de Melás fue un activo asturianista que puso en marcha la Biblioteca Popular de Escritores Asturianos, así como la colección La Novela Asturiana. Llegó a reclamar incluso, adelantándose a su tiempo, un estatuto de Autonomía para Asturias durante la segunda República.

A pesar de salvar del fuego los restos mortales de Jovellanos, enterrados en la iglesia de San Pedro, cuando este templo fue incendiado durante la Guerra de España, Emilio Robles fue encarcelado por lo vencedores, después de que su quiosco, ubicado en el centro de la ciudad, fuera a su vez quemado por un grupúsculo de falangistas.En la prisión gijonesa de El Coto, Pachín de Melás falleció de tuberculosos en 1938, casi al tiempo que era internado también en ella el fotógrafo Constantino Suárez, al que se le prohibió el ejercicio de su profesión durante la posguerra y cuya extraordinaria obra fue rescatada del olvido después de su muerte en 1983.

      DdA, XVIII/5.302      

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