Gonzalo González Laiz
Tuve la suerte de que Don Antonio
Trobajo (que en paz descanse) me diera el visto bueno para escribir en la
excelente Revista de la Catedral de León sobre un tema que él conocía bien: la
presencia de la Seo en el cine. Por desgracia, la Revista tuvo que retrasar su
salida hasta este verano y Don Antonio la lee desde mejor lugar. Vaya este
reportaje en su memoria, igual que la revista que todo visitante puede recoger
en la Catedral.
No es fácil saber cuándo fue la primera
vez que la Pulchra quedó inmortalizada en celuloide, entre otras cosas, porque
dichas grabaciones se han perdido. Sí que podemos reseñar la primera relación
Catedral-cine. En mayo de 1901, en las celebraciones de la reapertura de la Seo
tras su restauración de 42 años, se programaron «Proyecciones
electro-mecánicas», subrayando de esta manera la importancia histórica del
evento con la presencia de la última moda tecnológica venida desde Europa.
Primer rodaje
Fue de los hermanos Manuel y Julio
Pradera, en 1904, durante una gira por el noroeste de España
Apunta Juan Manuel Álvarez Benito
en El cine leonés. Un estudio (Instituto Leonés de Cultura,
2005) que los pioneros hermanos Manuel y Julio Pradera, durante una gira por el
noroeste de España, llegaron a León en 1904 donde rodarían Salida de la
misa del domingo de la Catedral de León y Paso del Regimiento
de Burgos por la calle de San Marcelo y del paseo que allí se formó de doce a
una. Por lo expresivo del título parece lógico suponer que la primera obra
citada tuvo que ser la primera vez que la Catedral apareciera en el cine y,
según las crónicas, sus exhibiciones tuvieron un gran éxito. Por desgracia, de
la obra de los hermanos Pradera solo conservamos los títulos pero ninguna
muestra, y solo podemos imaginar el resultado por su similitud con la primera
película del cine español que fue, precisamente, la Salida de misa de
doce del Pilar de Zaragoza (1897) de Eduardo Jimeno: un plano fijo
frente a la puerta y mucha gente saliendo del templo.
El cine arranca con lentitud en España y
rodar una película en León es todavía un sueño, pero el cine documental y sin
excesivo eco comercial será el que antes quiera captar la grandeza de la
Catedral para llevarla por el mundo. En 1934 el madrileño Daniel Jorro rueda León.
Ciudades de Castilla, documental integrado probablemente en su serie Tipos
y costumbres de España. Sus miradas a Segovia y Talavera sí se conservan.
Reparto internacional
En la Catedral han grabado actores como
Alec Guinness o Jim Cavieze
Durante la Guerra Civil no hay noticia
de la Catedral en pantalla grande, pues las escasas cámaras que pasaron por
León se centraron en el aeródromo de la Virgen del Camino.
En 1943 se proyecta el primer Noticiario
Documental, el célebre NO-DO, que difundiría por toda España, antes de las
exhibiciones de las películas, noticias y reportajes. En estos años 40 sí van a
proliferar las miradas documentales sobre León, como: Ciudades viejas
de Castilla (1941) o Catedrales españolas (1944) de
Arturo Ruiz Castillo; León monumental (1943) de Francisco
Mora; La Catedral de León (1948) de Jesús Fernández Santos;
o Torres, almenas y cumbres (1949) de Francisco Centol, aunque
no conservemos todos ellos. En el archivo digital de RTVE se pueden encontrar
algunos ejemplos, como el monográfico de la Revista Imágenes, sobre León y sus
tradiciones del 1 de enero de 1949, o el NO-DO de Torres, almenas y
cumbres, también disponible en Youtube con el título de León y su
entorno, con los habituales hermosos recargamientos verbales de la época:
«Sobre glorias antiguas y las calles evocadoras, se elevan las soberbias torres
de la Catedral. La de las campanas de los siglos XIII y XIV, vigilante, recia y
severa. La del reloj, airosa obra del XV, con su graciosa aguja de gusto
francés. En la fachada del sur se borda en la piedra el ábside, de portentosa
filigrana, y en el hastial de occidente hay un pórtico con escenas dantescas,
en contraste con la dulce imagen de la Virgen Blanca, iluminada por la más
dulce de las sonrisas».
Es casi una anécdota, pero bien merece
mencionarse el hecho de que la Catedral de León «aparezca» en ¡Bienvenido,
Míster Marshall! (Luis García Berlanga, 1953). Sí, el inmortal clásico
de Berlanga se rodó en Guadalix de la Sierra, pero la curiosidad está en que
dentro del Ayuntamiento de Villar del Río, junto al famoso balcón al que salía
Don Pablo (Pepe Isbert), el alcalde, a dar explicaciones a sus vecinos, podemos
ver un cartel publicitario y turístico de la Catedral leonesa.
Ya en los 50 y 60, los audaces pioneros
del cine leonés que querían dedicarse al Séptimo Arte tenían que desarrollar su
sueño en Madrid o Barcelona. Es el caso del berciano Gerardo Marote Alba, por
ejemplo, que creará la productora Eurofilms S.A., bajo la cual rodará el
inquieto escritor y cineasta, Jesús Fernández Santos, el documental Catedral
de León (1961). El NO-DO seguía siendo la principal fuente de imágenes
de la Catedral en documentales y noticias, como puede comprobarse en la noticia
del archivo digital de RTVE sobre el Auto Sacramental que la Agrupación
Universitaria de León de Teatro Español representó en la fachada de la Catedral
el 14 de julio de 1958, o los famosos dos minutos sobre el incendio de la
Catedral de 1966, que todos hemos visto y sufrido: «La noche se conmueve en la
ciudad de León…».
En 1971, el NO-DO volvió a difundir en
cines de toda España y en la televisión nacional una de las primeras imágenes
en color de la Pulchra, las cuales también se conservan y pueden verse en el
Archivo Digital de RTVE.
Será a partir de los años 80 cuando la
Pulchra entre en el cine de ficción, aunque nunca llegue a abandonar el
inevitable cine documental. Diversas leyes y cambios políticos y estructurales
en los ministerios y en la televisión empezaron a facilitar el rodaje de
películas en provincias y León se convertirá en plató de cine. El
filandón (1984) de José María Martín Sarmiento fue todo un
acontecimiento y sigue siendo una excelente película.
Rodada íntegramente en León, capital y
provincia, en ella se contaba la reunión de varios escritores para realizar un
filandón, contando cuentos a San Pelayo en una ermita. El santero era el actor
Magín Mayo, pero la primera gran baza de la película fue contar como
protagonistas a los propios autores de los cuentos que se iban a plasmar en
imágenes: Luis Mateo Díez, Pedro Trapiello, Antonio Pereira, José María Merino
y Julio Llamazares, ya entonces nombres clave de la literatura leonesa y española.
El cuento de Díez, Los grajos del sochantre, es el primero que
vemos y se desarrolla en el entorno de la Catedral de León. Un canónigo de la
Catedral se obsesiona con los grajos de la misma, les da caza, se alimenta de
ellos, incluso se metamorfosea y termina muriendo, cayendo desde lo alto de la
Catedral. Con diferencias respecto al cuento original, Sarmiento subraya la
metáfora con el canónigo, mostrándolo con su larga sotana negra, cargado de
hombros, cejas pobladas y voz gangosa casi hasta lo paródico. Además, creo que
con acierto, la versión cinematográfica añade una espectacular caída final
desde lo alto de la Catedral que, de un modo muy visual mediante un pronunciado
plano picado, evoca aún más el absurdo del canónigo en su último vuelo imposible.
Comentaba el propio Luis Mateo (en El
Filandón de S. Pelayo de José Carlón, Excma. Diputación de León, Breviarios
de la Calle del Pez, 1984) que, al ver su cuento en imágenes, le había llamado
la atención cómo la Catedral de León se convertía en un personaje más y su
contraste con el sochantre y los grajos introducía otro tema en el cuento,
mezclando esperpento y expresionismo: la lucha por la posesión del objeto más
bello del mundo. El brillo mágico y mitológico de la Pulchra frente a la
oscuridad del voraz canónigo. Sarmiento rodó en el exterior y en el interior,
pero también tuvo acceso al tejado de la Catedral para el plano picado final,
por lo que la imagen mostrada de la misma resulta, en efecto, espectacular por
su belleza y por su simbolismo.
Producciones internacionales
Muy poco después se rodó en León una
producción internacional que trajo a la Catedral a uno de los actores ingleses
más prestigiosos de la historia: Sir Alec Guinness. El mítico Obi-Wan Kenobi,
Óscar por El puente sobre el río Kwai, protagonizaba Monsignor
Quixote (Rodney Bennett, 1987), que adaptaba la novela homónima de
Graham Greene en la que un sacerdote, supuesto descendiente de Don Quijote de
La Mancha (Alec Guinness), viajaba por España acompañado de un antiguo alcalde
comunista llamado Sancho (Leo McKern), a bordo de su viejo coche al que
cariñosamente denomina Rocinante. En su viaje llegarán a León y, como no podía
ser de otra manera, visitará la Catedral. El coche es aparcado justo delante,
pues todavía no estaba peatonalizada la plaza, y paseará por el templo
retirándose a orar en la capilla de Santa Teresa. Aunque producida para la
televisión, la película merece ser recordada, no solo por los leoneses, sino
por su fidelidad al original literario o por incluir una emotiva misa final en
la que Guinness brilla con su interpretación.
A finales de los 80 podemos apuntar
también el rodaje en León de dos títulos relativamente similares (la moda del
cine quinqui) en los que vemos la Catedral: El Lute (camina o
revienta) (Vicente Aranda, 1987) y Matar al Nani (Roberto
Bodegas, 1988). En la primera, el fugado protagonista (Imanol Arias) llega
hasta León y le vemos pasear por la calle Paloma con la Catedral de fondo,
mientras oímos su toque de campanas. En la segunda, vemos más planos desde la
calle Paloma y, además, el Nani (Frédéric Deban) espera una llamada asomado a
la ventana en una pensión frente a la fachada sur de la Catedral, para dar un
golpe posteriormente en una joyería de la calle Ordoño. «Estos pueblos pequeños
son como ratoneras», dirá el protagonista mostrando su ceguera. León como
refugio de delincuentes y la Catedral al fondo, quién sabe si como metáfora de
que mejor les hubiera ido si hubieran entrado a visitarla.
En los 80 y 90 cabe destacar también el
nombre de diversos cortometrajistas que van a empezar su carrera en León y que
rodarán en nuestra ciudad: Enrique Torán, Julio Suárez, Florencio Aparicio,
Fernando Jover…
En 1991 Julio Sánchez Valdés rodaba en
León La fuente de la edad, adaptando la novela homónima de Luis Mateo
Díez. Manuel Alexandre, Agustín González o Antonio Resines encabezaban un
reparto de prestigio para una película que, por desgracia, hoy está
descatalogada. La Catedral, en cualquier caso, solo aparecía durante los
títulos de crédito, cuando Enrique San Francisco paseaba por delante de ella.
A finales de los 90 se volvió a
paralizar la Plaza de Regla por el rodaje de una coproducción internacional
para televisión que prometía muchísimo. Charlton Heston, Anthony Quinn, Robert
Wagner, Joaquim de Almeida, Imanol Arias, Juan Echanove, José Sancho, Anabel
Alonso…, entre otros muchos, protagonizaban Camino de Santiago (Robert
Young, 1999), miniserie en tres episodios sobre una idea de Arturo Pérez
Reverte, rodada a lo largo del Camino. Delante de la Catedral se preparó un
escenario entablado para rodar un vanguardista desfile de moda, mientras
ocurría un asesinato en la plazuela de Puerta Obispo. Por desgracia, solo esta
parte leonesa al final del primer episodio da fe de la pobreza de la serie: ni
un plano general nos permite ver la Catedral, a la que solo se vislumbra tras
las modelos en supuestas fotografías artísticas. Por si fuera poco, el crimen
en Puerta Obispo no sitúa la escena detrás de la Catedral, probablemente para
que pareciera un lugar más lejano. La falta de ese contraplano nos impide ver
la girola, esquivando inexplicablemente la belleza de una localización sin
igual. La serie pasó totalmente desapercibida y hoy está ciertamente olvidada.
En el año 2000 otra película mucho más
leonesa sí iba a aprovechar el esplendor de la Catedral. A galope
tendido (Julio Suárez) era una ingenua comedia de aventuras en la que
un joven amante del wéstern (Aitor Merino) luchaba para que no cerraran el
ferrocarril de vía estrecha (FEVE) en la ciudad de León. Su tío (Sancho
Gracia), antiguo especialista en películas del oeste, le enseña a montar a
caballo en la Plaza del Grano y así llegamos a uno de los planos más insólitos
en los que se haya visto envuelta nuestra Seo. En una persecución nocturna, el
joven lleva a la chica (Ana Álvarez) a lomos de un precioso caballo blanco y se
detiene ante la iluminación nocturna de la Catedral, entrando por la calle
Sierra Pambley. El director se recrea y hasta el protagonista explica: «¿A que
es preciosa? ¿Sabes que le llaman la Pulchra Leonina?».
En 2001 Vicente Aranda rodaba en
León Juana la Loca con Pilar López de Ayala como protagonista
en el papel por el que ganaría su único Goya hasta la fecha. Sin embargo,
Aranda solo rodaría en el coro de la Catedral, donde se produce una importante
reunión de notables que trata de demostrar la supuesta locura de la reina
Juana… ¡en Burgos!
Una de las últimas miradas sobre nuestra
Catedral nos la ha proporcionado otra coproducción internacional con
prestigiosos actores. Onyx, los reyes del grial (Robert
Girault, 2018) mezclaba ficción y documental para intentar explicar la llegada
del cáliz de la Última Cena a León, siguiendo la investigación de la
historiadora Margarita Torres. Rodada dentro y fuera de la Catedral, pudimos
ver planos muy hermosos como aquel que iluminaba el interior con velas. Es de
reseñar la admiración que la Pulchra causó en el actor americano Jim Caviezel
(protagonista de La Pasión de Cristo de Mel Gibson y fiel
católico), quien escuchó misa y paseó en solitario con frecuencia por la
Catedral durante el rodaje, de incógnito y con absoluta discreción.
Sin ánimos de
exhaustividad, creo que ha quedado claro que la Catedral es una presencia magnética y luminosa en la pantalla grande o
pequeña. Sin
embargo, los leoneses bien sabemos que nada suple la contemplación directa y el
paseo en silencio por la piedra iluminada por el vidrio de la Pulchra. Háganse
un favor y vuelvan a disfrutar del inagotable lujo artístico y espiritual de la
Catedral de León que ha admirado a Hollywood y al resto del mundo.
Diario de León DdA, XVIII/5.260
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