Vicente Bernaldo de Quirós
Leo en El Comercio, de Gijón, un artículo de Teresa Sánchez, ex gerente del Teatro Jovellanos y representante del PP en la asociación de Festejos, Divertia, con el cansino argumento de que la alcaldesa debía de haber acudido a la bendición de aguas de San Pedro, el patrón de la ciudad, porque aunque ella no sea religiosa, es la alcaldesa de todos.
No me imagino yo a Teresita del Niño Jesús recomendando a su correligionario y alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli que, dado que el 28 de junio fue el Día del Orgullo asistiera a una fiesta gay y se liara con un maromo, teniendo en cuenta que es el alcalde de todos y, por tanto, también de los homosexuales. Estoy convencido de que la ex gerente no le aconsejaría eso a su camarada ¿O si?.
Si tiene falta de experiencia, siempre Canteli puede tomar lecciones de muerdealmohadas de su compañero de partido, Javier Maroto icono sarasa de los sectores más ultraconservadores. Todo sea por representar a la mayoría de los ovetenses.
Como sabéis, Teresa Sánchez era gerente del teatro Jovellanos cuando montó un pollo por una manifestación antisionista contra un grupo israelí que actuaba en el coliseo gijonés y llegó a acusar al ex concejal de Izquierda Unida, Jesús Montes Estrada, de unos cuantos delitos, que la Audiencia Provincial absolvió y que después el Tribunal Supremo dejó en nada.
Me da el pálpito que con esta reaparición como articulista, Teresa Sánchez muestra sus planos para que se tenga en cuenta su candidatura a la Alcaldía del ayuntamiento de Gijón por el PP, pero pincha en hueso porque ya le tomó la delantera el todopoderoso líder en la ciudad, Pablo González, al que no le tose nadie, porque no les deja ni que se acatarren. Pero, si no logra su objetivo, servidor le pediría que no ceje en sus pinitos periodísticos porque tenemos garantizada la carcajada permanente. Que no decaiga.
DdA, XVIII/5214
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