miércoles, 6 de julio de 2022

EL FINAL DE "EL PAÍS IMAGINARIO" Y OTROS FINALES


Octavio Colis

No sé por qué cuando llega el verano suelo hacer inventarios, puede ser que porque el verano es para mí como una especie de fin de año, un tiempo de nadie o de nada que se reconstruirá de nuevo en octubre, al principio del año académico con el que comenzará otro ciclo que dará sentido preciso al tiempo, al salir del limbo estival. Y éste, quizá porque estoy redactando un currículo exhaustivo, voy encontrando en mis archivos muchas cosas que había olvidado y que me parece hilan los acontecimientos de mi vida que empiezo a ver más claros, en la manera y retahíla en que lo hacía el poeta Vinicius de Moraes -…porque hoy es sábado…- para explicar los domingos. He encontrado muchas referencias a mi trabajo con Moncho Alpuente en la década de los 80s, y entre ellas la página del Suplemento Dominical de EL País en la que se anunciaba el fin de la publicación de EL PAÍS IMAGINARIO, el 16 de octubre de 1988, y el anuncio de la publicación inminente que sustituiría aquella sección por ésta: EL CHAFARDERO INDOMABLE (nombre del periódico en el que trabajaba el reportero Tribulete). En la fotografía que aparece junto a la despedida se nos ve a unos cuantos de los que formábamos la redacción -que, en total, creo que seríamos unas 25 personas- que en la redacción de la nueva publicación quedaríamos reducidos a 3, Moncho Alpuente, José Luis Cabañas y yo (con algunas colaboraciones puntuales, muy pocas). Estaba terminando ese tiempo (para ellos un impasse) del segundo franquismo, la derechona de AP ya creía haberse democratizado tanto como para dirigir los destinos del tercer periodo franquista con un partido nuevo, el PP, siendo que el felipismo psoecialista empezaba a debilitarse a ojos vista. Y este fin de aquella exitosa publicación se anunciaba en octubre, o sea, que era como una declaración de intenciones de lo que sería en adelante El País, porque no se decidió acabar con ella en junio (final de algo), sino en octubre (nuevo principio). Toda una declaración de nuevos principios, me parece. Y he pensado que en las próximas semanas voy a ir publicando todo esto que voy encontrando en el inventario 2022, y que creo explica por qué empezábamos a sobrar algunas personas en los medios cuando se daba por terminada la tan manipulada “transición” del franquismo a la democracia, que no fue tal, para nada, cuando el redactor jefe (de cuyo nombre no quiero acordarme) nos comunicó los ceses y reformas y la nueva línea del humor en El País con la que dirección había decidido empezar 1989.

DdA, XVIII/5213

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