viernes, 22 de julio de 2022

TESTIMONIO DE UN ANIMAL CIEGO Y HERIDO POR LOS INCENDIOS EN ZAMORA


Jesús



Félix Población

La imagen, difundida en vídeo en FB y en La Culebra no se Calla por el capataz forestal del Ministerio de Medio Ambiente Jesús Domínguez Calzada, no puede ser más impactante para quienes admiramos la vida animal en todas sus vertientes.

Los trabajadores forestales no solo se han jugado la vida estos días en los montes ardientes de nuestro país, con varios de ellos fallecidos en su lucha contra el fuego, también han tenido momentos de abrazo como estos con los animales espantados, ciegos y heridos, a los que han socorrido con agua y caricias.

Poco se está hablando en los medios del pavor y la muerte de la fauna que habita en esas tierras calcinadas. ¿Qué ha sido de los lobos de la arrasada Sierra de la Culebra zamorana, donde sus visitantes podían tener el privilegio de observarlos en libertad? Se trataba de un lugar con una de las densidades más altas del mundo, con hasta 5-7 lobos por 100 kilómetros cuadrados. Hasta ahora no se tiene noticia de los efectos que hayan podido tener los incendios sobre este patrimonio vivo de incuestionable valor.


Cabe esperar alguna información en el transcurso de los próximos meses. Por ahora, solo imaginamos el sufrimiento, la sed, el hambre y la desesperación de los muchos animales que hayan podido resultar quemados o heridos por la voracidad de las llamas.

Lo peor de todo es que son muchos los habitantes de esa provincia leonesa devastada por el fuego que no creen a sus políticos capaces de conmoverse con vídeos como el que comento. Si lo fueran, su gestión para prevenir el trágico desastre al que hoy asistimos habría sido otra, antes y durante el mismo.

Quienes no tengan sensibilidad para llorar por lo que estamos perdiendo verano tras verano no deberían estar al frente de la administración de nuestro patrimonio forestal. De esta vida depende la nuestra y no está dejando de arder año tras año sin que esto haya llegado ni siquiera a tratarse durante el último debate sobre el estado de la nación, casi coincidente con la tragedia.

Las circunstancias son las oportunas para recordar los versos de aquella memorable canción de Joan Manuel Serrat:


Padre
Decidme qué
Le han hecho al bosque
Que no hay árboles
En invierno
No tendremos fuego
Ni en verano sitio
Donde resguardarnos
Padre
Que el bosque ya no es el bosque
Padre
Antes de que oscurezca
Llenad de vida la despensa
Sin leña y sin peces, padre
Tendremos que quemar la barca
Labrar el trigo entre las ruinas, padre
Y cerrar con tres cerraduras la casa
Y decía usted
Padre
Si no hay pinos
No se hacen piñones
Ni gusanos, ni pájaros
Padre
Donde no hay flores
No hay abejas
Ni cera, ni miel
Padre
Que el campo ya no es el campo
Padre
Mañana del cielo lloverá sangre
El viento lo canta llorando

Padre
Ya están aquí
Monstruos de carne
Con gusanos de hierro
Padre
No tengáis miedo
Decid que no
Que yo os espero
Padre
Que están matando la tierra
Padre
Dejad de llorar
Que nos han declarado la guerra

   DdA, XVIII/5.227   

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