miércoles, 27 de julio de 2022

LA PROGRESÍA MEDIÁTICA Y LA EXTREMA DERECHA

 


No se debería dejar de leer a diario la revista CTXT. Tiene siempre algo interesante que aportar con sus análisis sosegados de la actualidad. Ese sosiego le permite publicar artículos tan interesantes como el que firma Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos-ECO-GeC en el Congreso de los Diputados. Su extensión no nos debe apartar de leerlo en su integridad. Se titula Cuandola progesía mediática da alas a la extrema derecha y se refiere a esos medios supuestamente progresistas que, ante la posibilidad de que Podemos pudiera gobernar hace unos años, no solo alimentaron el odio a los rojos, dañando a los dirigentes del partido morado, sino que auparon a la extrema derecha hasta el lugar que actualmente ocupa. Este Lazarillo vuelve a pensar que García Ferreras debe de estar pensando en el retiro durante sus vacaciones y Wyoming en que su silencio vacacional sobre su jefe podría ser mal interpretado, como empleado de La Sexta y una de las figuras mediáticas que más ha contribuido a favorecer la aureola progre de ese canal. Del artículo de Echenique nos quedamos sobre todo con el siguiente fragmento:

"Lo que ha ocurrido en España en los últimos años con el odio a la gente de Podemos es, de nuevo, la hegemonización de una idea de extrema derecha penetrando con fuerza en sectores sociales, políticos y mediáticos supuestamente progresistas. La presencia de tertulianos desplegando odio hacia Podemos en buena parte de las cadenas de televisión y radio –también en las progresistas–, la difusión de argumentarios para generar odio hacia Podemos e incluso la difusión de basura falsa, fabricada muchas veces por las cloacas ilegales del Estado montadas por el PP, han sido la constante desde que nacimos. Y a día de hoy lo siguen siendo. Sin ir más lejos, hace tan solo unos días, se difundió ampliamente el bulo de que Podemos va a montar una candidatura conjunta con Esquerra Republicana y con Bildu para las próximas elecciones generales. Pero mencionemos tan sólo dos ejemplos especialmente paradigmáticos para que quede claro lo que estamos diciendo.

El primer medio de comunicación que publica en exclusiva el llamado “informe PISA” –pura bazofia falsa fabricada por los policías corruptos de Jorge Fernández Díaz– no es Libertad Digital, ni la COPE, ni OKdiario. Es la Cadena SER. Ana Terradillos, muy cercana al comisario mafioso Villarejo, a día de hoy sustituta de Ana Rosa Quintana en Telecinco y todavía en la plantilla de la Cadena SER, publicó está difamación criminal contra Podemos en la radio más escuchada de España y la joya de la progresía mediática. A día de hoy, el informe falso sigue publicado en la web de la Cadena SER y nadie ha pedido todavía disculpas.

El segundo ejemplo tiene que ver con los audios recientemente conocidos en los que Antonio García Ferreras habla con Villarejo entre otros. Además de admitir en esos audios que permitió a Eduardo Inda en La Sexta difundir otra bazofia falsa de las cloacas –un documento fabricado con Photoshop aparentemente por un niño de 5 años en el que ponía que Pablo Iglesias tenía una cuenta en el paraíso fiscal de Granadinas a nombre de su madre donde Nicolás Maduro le había ingresado más de 270.000€– y que él sabía que era falsa antes de permitir su difusión, Ferreras nos cuenta algo mucho más interesante. Nos explica –de viva voz, y en ese lenguaje de puro y carajillo que tanto gusta en los ambientes mafiosos– que calzarnos una hostia desde un medio supuestamente progresista es mucho más eficaz y nos hace mucho más daño. El director de La Sexta y presentador de Al Rojo Vivoresume en esos audios una estrategia para asesinar civilmente rojos. Es muy sencillo. Durante años, un medio de comunicación se dedica a emitir algunos mensajes de izquierdas para ganarse la confianza del electorado de Podemos. Incluso puede entrevistar de forma más o menos amable a alguno de sus líderes. Porque la cuestión es ir acumulando fuerza para, cuando llegue el momento determinante –por ejemplo, un mes antes de las elecciones, como fue el caso de la bazofia de Granadinas–, dar un golpe demoledor. Si tu medio supuestamente de izquierdas te está contando que Pablo Iglesias es un delincuente, es mucho más fácil que te lo creas.

Es un hecho que durante años la progresía mediática en España ha alimentado el odio a los rojos –de forma más sibilina (tienen el ceño fruncido, no saben hacer leyes con seguridad jurídica, no deberían vivir en esa casa, sólo quieren sillones, solamente saben hacer ruido) o de forma más burda– y es absolutamente obvio que esto ha sido consecuencia de la posibilidad de que Podemos pudiera gobernar. Esto se ha hecho –y se sigue haciendo– mediante la presencia habitual de tertulianos que emiten odio antirrojos e incluso mediante la difusión de noticias falsas. Es una práctica que ha servido para asesinar reputacionalmente a algunos de los dirigentes de Podemos y seguramente también para reducir nuestras perspectivas electorales. El problema es que, haciendo suyo este mensaje, la progresía mediática también ha contribuido a darle alas a la extrema derecha, suministrando a la población una idea que es uno de sus principales combustibles.

Cuando asalten el Capitolio, llegarán las lágrimas de cocodrilo.

CTXT  DdA, XVIII/5.231

No hay comentarios:

Publicar un comentario