ÉVOLE, EL GRACIOSILLO

Félix Maraña

José A. Martínez Soler , periodista, ciudadano digno, lamenta que Jordi Évole haya defendido hoy, vergonzosamente, a Antonio Ferreras en La Vanguardia. Es indignante. Pero mira que a mí no me extraña. La Vanguardia está para eso. Y Jordi está para eso. Lo llevo diciendo y escribiendo desde que lo conocí. Es un periodismo hortera el suyo, basado en la exhibición. Y no me extraña nada. Évole se ha reunido con la santa casa de Antena 3 y quiere seguir almacenando dinero. Me da asco.

Un día de 2008 estábamos reunidos en León un grupo de fabricantes de humor. Un curso serio (el humor es asunto muy serio), en la Universidad, y dirigido por Francisco Flecha Andrés . El curso fue un encuentro vivo y festivo. En la última hora de la tercera jornada estaba programada una intervención de Évole. Una hora antes me despedí de colegas y amigos para partir de viaje. Todos me decían que no me fuera, que venía Évole, incluso algunos me lo decían con admiración. Todos no, algunos. Recuerdo que nuestro querido y añorado FER me felicitó.

Ya en 2008 me caía muy mal el personaje. Sólo era personaje. Hablaba mal, torpemente, sin dicción ni edición, y parece ser que gustaba porque iba de gracioso. Pero a León fue invitado como hombre espectáculo, sin duda por el famoseo, que es el reclamo de muchos cursos universitarios. Me fui de León muy triste, porque de mi León siempre me voy triste. Pero salí corriendo. No quería formar parte del espectáculo Évole.

Para saber qué es el periodismo, lo que tenéis que hacer es comprar y leer el libro de Martínez Soler donde cuenta cómo hubo de luchar, y las hostias que recibió, por la Libertad de expresión, por la Libertad, por la Democracia. La misma que se están cargando Ferreras y todos sus cómplices. Me cago en todo.

DdA, XVIII/5.224