viernes, 29 de julio de 2022

DIEZ INTENTOS FALLIDOS DE EMPURAR A LA ALCALDESA DE BARCELONA

 


Vicente Bernaldo de Quirós

Desde que Federico Trillo en su época de ministro de Justicia con Aznar blanqueó las leyes para favorecer la existencia de jueces ultraderechistas en los más altos cargos del Poder Judicial, son numerosas las asociaciones fantasmas y con vínculos con los sectores más golpistas del país que se plantean pleitear con cualquier ciudadano con vitola progresista con el fin de desprestigiarlo y si es posible, mandarle una temporada entre rejas. Muchas veces, la facilidad con la que algunos togados se muestran complacientes con el lado oscuro termina con el progresista fuera del cuadrilátero, pero como no todos los que dictan sentencia son personal contaminante, a veces las chapuzas de los poderes fácticos se quedan en nada.

Este es el caso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuya denuncia por una serie de subvenciones que le había presentado un ente abstracto sin socios y sin ninguna actividad conocida en Barcelona, fue archivada por el juez, al comprobar que la querella no tenía ni `pies ni cabeza, ni siquiera el fundamento de ser la regidora la que decidiera las subvenciones, ya que delegó desde el primer minuto de su mandato en una comisión ad hoc.
Esta es la décima querella que se archiva contra Ada Colau. Repito por si en la sala está presente alguien de mente retorcida. Esta es la décima querella por este asunto que se archiva contra Ada Colau, después de que coincidieran el juez Ignacio Sánchez y la Fiscalía en que los querellantes deberían estar tomando el pelo a la justicia por la forma tan chapucera con la que han promovido la denuncia.
Diez intentos fallidos de empurar a la alcaldesa de Barcelona ya tiene tela, porque ninguno ha salido adelante y eso quiere decir que para procesar a alguien, aunque sea de izquierdas, no basta con tener un juez afín, sino algunos motivos que justifiquen que el querellado ha cometido una acción punible. Y si en diez ocasiones, las chapuzas no han progresado, cabe pensar que otras diez pueden sufrir el mismo estrepitoso fracaso.
A los querellantes, en el fondo, les tira del pijo, que las denuncias hayan sido archivadas, porque solo pretenden ocasionar un ruido mediático que sirva para que los más gilipollas de nuestros compatriotas se crean que la Colau es una delincuente compulsiva. No es extraño, pues que a los pocos días de archivarse la denuncia, a primeros del presente mes de julio, el diario El Mundo volviera a publicar que la alcaldesa de Barcelona concedió una serie de subvenciones irregulares, en la misma línea en la que fueron archivadas las otras diez chapuzas.
Debería investigarse a esa Asociación por las Transparencia por si su actitud fuera constitutiva de un delito de falsa denuncia, ya que además, la susodicha organización, sobre la que no consta actividad alguna ni socios de referencia,
es obsesivamente pertinaz en sus acusaciones contra las `políticas del ayuntamiento barcelonés. Curiosamente esta entidad fantasmal fue la que se querelló contra el primer municipio catalán por haber revertido la gestión del agua de privada en pública, como pedían los vecinos y el sentido común. También en este asunto, los querellantes sufrieron un ridículo espantoso.
Seguiremos viendo este tipo de espectáculos bochornosos en el mundo de los juzgados, hasta que el Consejo General del Poder Judicial deje de mirarse el ombligo y de tratar de sacar réditos políticos de su situación constitucional y ponga en marcha una verdadera y sincera reforma de sus estructuras para que nuestro país no sea objeto de mofa, befa y escarnio en instancias judiciales europeas, porque a quien le van a abuchear por las calles y en las salas de togas no va a ser a un servidor ni a la mayoría de ustedes/vosotros , sino a quien tienen el sacrosanto deber de impartir justicia y convierten las leyes y el derecho en una tómbola de feria.

DdA, XVIII/5.233

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