Félix Población
Podría explicar muchas de las razones por las cuales un lejano día de mi niñez me interesé por el periodismo, o por la escritura -si lo prefieren-, sin ponerle nombre a la profesión que ejercí en el pasado, sobre todo en la capital del reino.
Pero me parece más importante especificar hoy una que me mantiene en el empeño, sin que me mueva más objetivo que el de comunicarme mediante palabra escrita y compartir informaciones, opiniones, conocimientos, observaciones y emociones como la que estos días me ha procurado el breve texto que adjunto, después de que hace unos días un periódico electrónico leonés me publicara un pequeño artículo en el que hacía mención de mi libro El espejo del olvido, no con afán de notoriedad sino de búsqueda (Un libro para el centro cultural de La Uña).
Quise que fuera en el Diario de Valderrueda porque dos de los personajes que aparecen en esa novela procedían del municipio de Acebedo, en la montaña oriental leonesa -donde el citado medio tiene buena difusión-, y pretendía encontrar a algún familiar descendiente de alguno de ellos, en la imposibilidad quizá de que Pío Díez aún viviera. Esto es ahora más posible, con internet, y ha sido para mí muy emotivo que la sobrina y ahijada de Enedina Ibáñez, a través de su prima Isolina, me localizara en el citado diario, al que agradezco no solo que haya mediado para hacer posible este contacto, sino su desvelo y diligencia habituales por dar noticia de la actualidad en esas arriscadas comarcas.
Ese periodismo comarcal, apegado a la realidad próxima e inmediata, es algo siempre digno de celebrar en nuestros días -tan dados a la globalidad-, sobre todo en unas tierras como esas de la España vaciada, tan olvidadas antes y ahora, y tan necesitadas de que sus gentes se sientan al menos protagonistas de su historia en un periódico que da voz e interpreta sus afanes, problemas y realidades cotidianas.
Esta experiencia del encuentro virtual con Mercedes Tomás Ibáñez, sobrina y ahijada de Enedina, me permite afirmar sin ninguna duda que escribir para esto es quizá para mí, ahora mismo, la razón esencial para seguir haciéndolo. Espero dar pronto noticia del día que me encuentre con Mercedes en La Uña para hacer juntos memoria de los sentimientos que nos unen con Enedina en el fondo de nuestros recuerdos de niñez.
Estimado señor Población:
He leído su artículo del Diario de Valderrueda, referente a La Uña y a su novela:"El espejo del olvido".
Soy sobrina y ahijada de Enedina Ibañez. He buscado la novela en vano, pero el resumen que leí en internet me ha emocionado mucho.
Cuando era joven y estaba en la universidad de Burdeos y hablaba de mi querida tía Dina a mis amigos, éstos siempre terminaban diciendo: "parece un personaje de novela".
Aunque vivo en Francia desde niña, nunca supe dónde residía Pío, pero sé que murió hace algunos años.
Le doy las gracias por hacer que mi tía no se haya muerto del todo. Era una persona admirable a la que le encantaban los niños y cuya risa sigue resonando en mi corazón . Espero poder leer su novela algún día.
Reciba un cordial saludo de Mercedes Tomás
DdA, XVIII/5189
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