Félix
Población
Hace unos cuantos años, casi casi
cuando la lideresa Ayuso estudiaba Periodismo en la Complutense de Madrid y
estaba muy lejos de imaginar que llegaría a presidenta de esa comunidad, la
editorial Anaya presentó en sus libros de texto a Federico García Lorca como
fallecido y no asesinado por los sublevados en la Guerra de España y al poeta
Antonio Machado como un poeta que durante la guerra “se fue a vivir a Francia
con su familia”.
Seguramente esos libros no
pasarían por sectarios en la inspección
que el gobierno de Ayuso pretende hacer de los libros escolares para evitar
conceptos como conciencia democrática
que tanto la perturban. Imita con ello al gobierno autonómico de Murcia,
el del pin parental, a lo que ya está en proyecto en el de Castilla y León y
ocurrirá de seguro en Andalucía, si los votos favorecen la coalición del Partido
Popular con la extrema derecha, como es de temer.
Los andaluces van a votar el 19-J
teniendo muy fresca la noticia del
hallazgo de los restos mortales de la Columna Minera
republicana procedente de las localidades de Riotinto y Nerva, que fue
traicionada por los guardias civiles que en principio la acompañaban en la
localidad de Camas, cuando acudía para enfrentarse en Sevilla a los militares
sublevados.
Para la identificación de los
huesos de las víctimas fue necesario cotejar los restos de los minerales
pesados que contenían como señas de identidad (aluminio, cobre, manganeso y arsénico)
con los materiales de la tierra en la que trabajaron. La dureza de sus condiciones laborales sirvió así para
reconocer a quienes sufrieron tan brutal masacre.
Todos, menos el Niño Méndez
(menor de edad, condenado a 30 años de cárcel) fueron violentamente ejecutados
el 19 de julio de 1936. Sus restos
mortales se encontraban en la fosa de Pico Reja, la mayor de la represión
franquista en España, que en Andalucía fue de las más atroces de España
durante el verano de ese año.
La extrema derecha quiere acabar
con esa memoria democrática. Y hacer que uno de los más sobresalientes poetas
en lengua castellana no figure como asesinado por los militares felones durante
la Guerra de España. Y que de Antonio Machado, otro de nuestros grandes
autores, no se diga que murió enfermo y lleno de pena a las pocas semanas de su
exilio en Francia. Los dos eran andaluces
y se admiraban en persona y obra. Los dos estarían ahora muy alarmados ante lo
que las encuestas prevén que pueda ocurrir en su tierra en dos semanas.
“Tengamos cuidado, no vaya a
venir el huracán y se lleve no solo el símbolo, sino a nosotros”, dijo Blas
Infante, también asesinado por el huracán que levantó la extrema derecha y una
parte del ejército en nuestro país, con el respaldo –decisivo para la victoria-
del nazi-fascismo. Sin memoria
democrática no hay porvenir democrático.
*LUH noticias DdA, XVIII/5186
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