MarceloNoboa Fiallo
Mónica Oltra pertenece a esa
generación de políticos que creció en medio de la corrupción asfixiante y el
desmantelamiento de los servicios públicos que asoló la Comunidad Autónoma
Valenciana durante muchos años. Demasiados. Comunidad “primus inter pares” de la
madrileña. “Brillaban” con luz propia personajes que hoy están en la cárcel o
pendientes de procesos judiciales: Eduardo Zaplana, Francisco Camps, Rita Barbera,
Carlos Fabra…en total 135 condenados, personajes que son la vergüenza de
Valencia y de España que destrozaron la sanidad pública, la educación pública,
los servicios sociales convirtiéndolas en un negocio y la Comunidad Autónoma
valenciana su finca particular.
La sociedad valenciana ya no
aguantaba más y en las elecciones a las Cortes valencianas del 2019 acabaron
con 2o años de saqueo a las arcas públicas y con el desprestigio de esa
Comunidad Autónoma. Fruto del pacto de gobierno de fuerzas de izquierda, Psoe,
Compromis y Podemos se formó un nuevo gobierno en el que además de su
presidente Ximo Puig, ha brillado con luz propia Mónica Oltra, como
Vicepresidenta del gobierno valenciano, revirtiendo poco a poco, lentamente,
pero con firmeza la herencia envenenada de los años de “vino y rosas” del PP
valenciano. En este contexto se ha producido la imputación, por parte de la
justicia valenciana, de la vicepresidenta.
1.Tanto la fiscalía como el
juez instructor del TSJV (tribunal superior de justicia de Valencia) tras la
comparecencia de testigos y el análisis de la documentación pertinente “no han
encontrado prueba física alguna” de presunta culpabilidad de la vicepresidenta por la gestión que su
departamento hizo del caso de abusos a una menor tutelada por el que fue
condenado su exmarido, pero “los indicios de su presunta implicación
aconsejan sea llamada a declarar como imputada”. El mundo mediático de la
derecha, junto a PP/VOx se han lanzado en tromba a pedir su dimisión. Todos
coinciden “curiosamente” en seguir llamando al principal acusado y condenado,
“marido de Oltra”, cuando ella hace tres años que está separada legalmente del ya
condenado.
2. Esta imputación a la
vicepresidenta, en Alemania jamás sería posible porque la acusación particular
ha sido promovida por un grupo fascista (colocado a la derecha de Vox) llamado
“España 2.000” y cuyas señas de identidad son la cruz gamada hitleriana, el
brazo en alto y los gritos de ¡Franco, Franco, Franco…!. Son muy minoritarios,
con mucho ruido, pero ahora están en el corazón de la polémica valenciana,
gracias a la aceptación que el juez instructor, hizo en su momento de la
acusación vertida sobre Mónica Oltra. Repito esto en Alemania no habría sido
posible porque este tipo de “partidos” o movimientos, allí son ilegales. En
Alemania si se procedió a la desnazificación de su sociedad y de sus
instituciones, en España no se ha producida una verdadera “desfranquización”
(no sé si el palabrejo es el acertado), pero así funcionamos desde 1978 y no
existe la mayoría cualificada en el Congreso para revertir esto. Estas son,
lamentablemente, las reglas del juego…por suerte, siempre nos quedara
Estrasburgo.
3 Mónica Oltra se dio a conocer
cuando ejercía de portavoz de su partido en el parlamento valenciano por ser,
entre otras cosas el látigo contra la corrupción del PP y por su inequívoca
defensa del principio que señala, “toda imputación de un cargo público debe
conllevar el cese o dimisión del cargo público imputado”. Con esta bandera
colaboró para poner contra las cuerdas y propiciar finalmente la caída del PP
en Valencia. Bien es cierto que los presuntos “delitos” de los que se le acusa,
nada tienen que ver con el robo institucionalizado que el PP practicó durante
décadas en la Comunidad Autónoma. Pero la sombra del “látigo” le acompaña
porque nos adentra en los terrenos de la coherencia, tan poco practicada en
éste país.
4. Los tiempos en la justicia
son como el monstruo del lago Ness. Los procesos judiciales aparecen,
desaparecen y reaparecen cuando menos se les espera (por ser un poco más
rigurosos y atendiendo a la casuística, aparecen cuando hay que debilitar a la
izquierda en las convocatorias electorales). Este es el caso. Mónica Oltra
forma parte de una de las patas que sustentan el proyecto de Yolanda Díaz que
iniciará su andadura a principios de julio. La vicepresidenta de gobierno de
España no puede recorrerse el país, presentando su proyecto de cara a las
próximas elecciones generales con una de sus figuras pendiente de juicio,
porque se lo estarán recordando constantemente por tierra, mar y aire.
5. No se trata de poner en valor
su inocencia (de lo cual no me cabe ninguna duda) ni de contraatacar señalando
que es una persecución de la extrema derecha (que tampoco me cabe ninguna
duda), pero las miserias de la política consigue llenar de cadáveres, un buen
número de ellos inocentes, el paisaje de la política (y si no que se lo
pregunten a Demetrio Madrid, cuya caída propició el ascenso de José María
Aznar, desde Castilla y León o más recientemente el de Alberto Rodríguez, diputado canario de Podemos. Ambos
declarados finalmente inocentes por instancias judiciales superiores)
6. Lo decente sería que, una vez
demostrada la inocencia, agotados todos los recursos que vendrán, su propio
partido la recuperara para continuar con la hoja limpia y la cabeza bien alta,en el ejercicio de la política, que es su pasión. No sé si esto ocurrirá.
7. En todo caso, la portavoz de
Compromis ya ha señalado que Mónica Oltra no va a dimitir (la propia Oltra se
ha encargado de confirmarlo) y ha advertido que en el caso de que Ximo Puig la
cesara en su puesto de vicepresidenta, habría crisis de gobierno y el acuerdo
de gobernabilidad se rompería. Mal asunto.
DdA, XVIII/5198
No hay comentarios:
Publicar un comentario