jueves, 30 de junio de 2022

CARTA ABIERTA A PEDRO SÁNCHEZ: NOSOTROS NO PODEMOS SER ELLOS, LOS DE ENFRENTE


       Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento
.
Miguel Hernández
Nosotros no 
 Ana Cuevas   
                                                                
 Señor Presidente:
 Me dirijo a usted para comunicarle el asco, vergüenza y absoluto desprecio que me producen sus declaraciones acerca de la masacre de migrantes en la frontera con Marruecos. Cuando se refirió a estos trágicos hechos argumentando que el asunto había sido "bien resuelto", ¿de qué hablaba concretamente?. ¿Estaba bien resuelta la matanza indiscriminada, aún dentro de territorio español, por parte de la policía alauita? Quizás, una solución final  para quienes huyen de las guerras, las hambrunas y las tiranías pero no tienen la suerte de tener cabellos rubios y ojos azules. Seleccionemos pues, quienes merecen nuestro apoyo y quienes no. Quienes deben morir o quienes no. Es así de sencillo. Al sur se le expolia. Se apoyan gobiernos teocráticos y férreas dictaduras para que las empresas occidentales ganen más a costa de la pobreza y la falta de libertades de estos pueblos. Y cuando, empujados por el horror o el hambre (normalmente por ambas cosas), esos SERES HUMANOS arriban a nuestras fronteras civilizadamente democráticas y preñadas de derechos fundamentales, encuentran una insalvable valla y unos agentes adiestrados para torturar y matar que les esperan para fundirlos a palos. ¿Racismo o geopolítica?
Señor Sánchez, métase la geopolítica que nos convierte en fieras por donde amargan los pepinos. ¿Bien resuelto? ¿Igual de bien resuelto que la traición al pueblo saharaui? ¿Bien resuelta su reclusión en medio del desierto y las torturas que sufren en las cárceles marroquíes? 
No sé si es su particular "bienvenido míster Biden". Una especie de ofrenda bañada con la sangre de inocentes que tuvieron la desgracia de nacer en el hemisferio equivocado. La verdad, me importa un carajo. Apenas puedo vencer la náusea cuando le veo ponerse de perfil ante las imágenes de esa maraña de seres apaleados y agonizando frente a la pasividad de ambos lados de la puta valla.
Se me acumulan las arcadas ante lo "bien resuelto" que ha quedado el entierro de las víctimas en fosas comunes, sin identificación, sin posibilidad de que sus familias averigüen el maldito destino que encontraron buscando un mundo mejor.
Mire don Pedro, si usted ha decidido alinearse con Marruecos ya estará comprobando lo que tiene dejar que Mohamed le ponga mirando a la Meca. 
Pero no corrompa el nombre de nuestro país con esa infame vejación. No hay justificación para esta matanza. Para mí, es usted un paria sin ética, moral ni empatía por el prójimo. Soy así de sincera, es mi carácter.
Para mí, lo que ha quedado "bien resuelta", es su falta de decencia señor Sánchez. Y sus colegas y socios de gobierno deberían plantearse expresarle, igual que servidora, la repugnancia de su "equidistancia" con la masacre. 
Me despido excusándome por dejarme llevar por la rabia. Una rabia tan legítima que inunda como un tsunami los corazones de muchos compatriotas estremecidos por la crudeza y el cinismo que usted ha demostrado.
Solo deseo que su retina retenga indefinidamente las imágenes de esa montaña de cadáveres entremezclados con cuerpos agonizantes. No los mataron las mafias don Pedro. ¿No se ha fijado? Desde aquí puedo ver que por sus manos se escurre la sangre de esos pobres desgraciados que soñaron con una vida como la de cualquiera de nosotros. Sale mal la sangre presidente, se lo dice una limpiadora. Siempre, siempre, deja huella. Una huella siniestra que le acompañará de por vida como una negra sombra.
 Posdata: Le deseo mucha salud (por si le queda una miaja de conciencia) para tener larga vida y un prolongado  purgatorio. El abrazo, como comprenderá, no tengo vísceras. Las he vomitado todas por su culpa.
Ana Cuevas

    DdA, XVIII/5209     

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