Ana Pascual
"Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde".
Miguel Hernández
Señoras y
señores políticos, militantes y simpatizantes de VOX, trataré de
dirigirme a ustedes tratándolos como si fueran personas normales.
Es un
esfuerzo pedagógico que asumo encantada ante la obligación de
mantener los derechos fundamentales, que tantas vidas y sacrificios
costaron, a salvo de la "trituradora" ideológica que tan bien maneja
la extrema-derecha.
Ustedes, que
confunden el patriotismo con la caspa, la peineta y la chulería macarra, sueñan
con esa España que retrataban "Los Santos Inocentes" donde la élite
de pura raza ibérica medraba a costa de esclavizar al populacho. ¿Has nacido
pobre? ¡Ah, te jodes!..Haber escogido muerte.
Esa élite
que mana de la saga del más rancio franquismo (señoritos que no han cotizado un
solo día en su prescindible existencia pero no hacen ascos a succionar las
ubres de las subvenciones públicas) enarbolan la bandera patriotera para
aglutinar la frustración de parte de "los inocentes" y convertirla en
odio. Un sentimiento que, por desgracia, parece que une más a la peña que el
amor y la solidaridad.
Esas
pequeñas bombas de odio como García-Gallardo, Santiago, Macarena y toda su
cuchipandi de matones fascichiripitiflauticos son como esos aerosoles
que transmiten enfermedades infecciosas. Cada vez que abren la boca intentan
retrotraernos al siglo XV y dejarse ya de tantos derechos humanos
ni gilipuerteces. Los homosexuales al armario, la mujer a bordar y a parir
hijos cual coneja enajenada, las personas con capacidades especiales (o
lisiados y anormales que dirían ellos) a un asilo, los gitanos en sus ghettos y
los emigrantes fuera de España. La violencia machista es un invento feminazi.
En realidad, las mujeres nos suicidamos para joder a los tíos y cargarles con
la muerta. ¡Si es que somos malas desde la manzana!.¡Qué buenos tiempos cuando
la Inquisición Le daba lo suyo a todas las brujas feministas! ¡Qué nostalgia!
Y de los
derechos de los trabajadores ... ¡Arriba España! Y ya si eso, si se tercia,
otro día nos cuentan lo que verdaderamente piensan.
Los que
ahora siguen sus consignas son muchos de clase obrera, también hay
gran número de mujeres y , ¡tócate las narices María Manuela!, un contingente
de inmigrantes que quieren ganar la españolidad abrazando un discurso que los
criminaliza. ¿Creen que a Hitler le votaron los judíos? Pues seguro que alguno
picó el anzuelo y luego acabó llevándose una sorpresita. Quizás, como
todos estos colectivos que ahora y en nuestra democracia, aplauden a VOX sin
reflexionar que intentan dinamitar la convivencia pacífica, la tolerancia, el
bienestar y el progreso de la clase trabajadora, la libertad sexual y
reproductiva, el respeto a la diversidad.. La Patria, la nuestra, la de todos.
Que no es la suya.
Cuando el
flamante vicepresidente de Castilla y León se dirigió a la diputada Noelia
Frutos, que se desplaza en silla de ruedas, diciéndole que se iba a dirigir a
ella como si se tratara de una persona normal enseñó la pezuña de su auténtica
naturaleza. ¿Qué es ser normal, me pregunto clavando mis pupilas en sus
grotescas cuencas oculares? ¿Denigrar a los seres humanos gratuitamente te
parece de un "ser normal"?
Aseguraba
Darwin que descendemos del mono pero, evidentemente, los hay que involucionan
hacia él. Y este señor es uno de ellos. Con perdón de los primates.
A la
infamia de faltar el respeto a la señora Frutos, añadió la cobardía de que
sabía que no tenía derecho a réplica. Cobardía e infamia, dos cualidades
que se aprecian mucho en esta formación de mamarrachas.
Noelia no
tuvo oportunidad de contestar al gallardo García Gallardo en las Cortes. Dejó
su reflexión sobre este asunto aludiendo a mi poeta de cabecera, Miguel
Hernández: "Una pura gota de valentía vale más que un océano
cobarde"
No tengo
nada más que añadir. ¡Ah sí! que si no quieren ser infames y cobardes vox-miten
el veneno antes de que emponzoñe toda nuestra democracia. Pero cada uno es
libre de apoyar a quién quiera, pensaría el judío que votó a Hitler unos años
antes de que usaran su sebo corporal para hacer jabón en un campo de
exterminio. Igual, de haber visto las señales, se habría pensado dos veces
donde debía echar la papeleta.
DdA, XVIII/5178
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