martes, 31 de mayo de 2022

CUATRO MUERTES EN FIN DE SEMANA: LA INFAMIA DE DESACTIVAR LA LEY DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Puede ser una imagen de 3 personas, personas de pie y al aire libre

Y en medio un fin de semana  tal como el que hemos vivido en España, con la extrema derecha promoviendo la desactivación de esa ley allá donde gobierna con el Partido Popular (Castilla y León), las encuestas en Andalucía para la próxima cita electoral autonómica prevén un notable incremento del voto al PP, mientras que Vox pasaría de los 12 a los 18 escaños. Como si en Andalucía los electores premiasen lo ocurrido en Castilla y León y quisieran más de lo mismo. ¿Dónde la izquierda? 

Leticia Gondi

Tras un fin de semana especialmente cruento, que añade a la lista negra, cuatro mujeres asesinadas, dos heridas graves [una de ellas ingresada con el cráneo abierto, tras la brutal paliza propinada por el marido de esta], y un intento de asesinato en el concejo de Laviana [padre y hermano heridos de arma blanca, tratando de proteger a su hija y hermana], conviene recordarle a aquellos que luchan día a día por desactivar la LIVG, con el infundado argumento de que "esta ley discrimina a los hombres", que en este país ya existen leyes que protegen a TODAS las víctimas sin excepción.

Es lo que tienen los países desarrollados; muchas leyes. Miles de leyes que pretenden regular, conforme a la justicia establecida, toda acción desarrollada dentro de la sociedad. Así que cuando decís, aquello de que "todas las víctimas merecen leyes para protegerlas", o bien hacéis ostentación de vuestra ignorancia, o bien mentís. Porque si no sabéis que ya existen leyes para proteger a las víctimas de la carretera, de la delincuencia, de las prácticas abusivas de la banca, de la ineptitud de la administración, de la especulación de las farmacéuticas […], es que estáis desconectados de la realidad. Ignorantes que además, se vanaglorian de serlo. Y si lo sabéis, todavía es peor, pues si sabiendo que ya existen las leyes que demandáis, tratáis de hacer creer al resto, que los hombres, en este caso, están desamparados, sois unos tramposos. Por decirlo de un modo comedido.

En este punto conviene recomendar la lectura de los códigos civil y penal, o al menos la síntesis de sendos articulados, para hacerse una idea aproximada de las leyes que nos amparan. Pero ademas, como SOCIEDAD avanzada que somos y sobre todo, como sociedad que desea avanzar, tenemos la capacidad de concreción que nos permite focalizar las denominadas LACRAS SOCIALES. Y aquí entran, a saber, el TERRORISMO y la VIOLENCIA MACHISTA.

¿Significa esto que una persona atropellada a manos de un conductor ebrio, es menos víctima que una persona tiroteada por un terrorista?, obviamente NO, a ambos sucesos se les considera asesinatos, pero en algún momento TODA la sociedad [no toda; ahí entráis vosotros, los objetores], a través de sus legisladores, elegidos de manera democrática, tuvo a bien considerar, que por su especial crueldad, dichas víctimas merecían una batería de leyes y ayudas para aliviar su dolor y superar el drama sobrevenido. Pero además, por su especial incidencia, habría de bregar hacia una solución global, largoplacista, materializada en campañas de concienciación y reeducación social, operando desde la coerción y desde la prevención. Precisamente en base a esta premisa, periódicamente se desarrollan campañas de educación vial. Y no sería descabellada la futurible Ley de Protección para las Víctimas de la Carretera. ¿Sacaréis para entonces las uñas, o únicamente os escuecen las leyes que protegen a las mujeres y a sus hijas e hijos?

Volvamos al relato. ¿Significa que una persona asesinada a manos de su vecina es menos víctima que una persona asesinada por su marido?, no, pero como en el caso anterior, nuestros legisladores y el resto de actores sociales, han considerado que una mujer que sufre maltrato a diario, a menudo dependientes estas del maltratador, obligada a salir corriendo a media noche, para acabar brutalmente cosida a cuchillazos, en SU PROPIA CASA, en presencia de los ahora huérfanos, hijos de esta, merecen un trato especial por nuestra parte; este tipo de crímenes son tan recurrentes, que merecen una atención especial. Enumerar las causas, educar y concienciar para que, quienes aún pueden recuperarse, se recuperen. La violencia MACHISTA, al igual que el TERRORISMO, únicamente son especiales por su incidencia y crueldad. Esto es un axioma.

¿Sufren los hombres más agresiones que las mujeres? Si hablamos de homicidios, los hombres mueren más (61% de las víctimas), y matan más aún (89% de los victimarios). Justo es puntualizar que son asesinados a manos de otros hombres, principalmente. Pero esa no es la pregunta que a mí me interesa formular. La pregunta es, ¿dónde son agredidos y dónde finalmente mueren esos hombres?

Los hombres en nuestro país y en todos los países del mundo, me temo, mueren en reyertas callejeras. En ajustes de cuentas relacionados con el tráfico de drogas, la prostitución, el crimen organizado. Mueren en las cárceles. Víctimas o ejecutores de robos y atracos. Tras trifulcas de tráfico, por violencia juvenil, por rivalidades deportivas. Mueren en el ámbito del ocio nocturno, tras haber consumido, por haber consumido o para poder consumir. Mueren, por supuesto, en el sector laboral, y en el vecinal. Peleas, venganzas, odios enquistados, guerras de bandas, de familias, de clanes, [...].

¿Sabéis dónde no mueren los hombres?, los hombres no mueren de camino a casa, sin mirar atrás por miedo, cuando escuchan unas pisadas. En un callejón oscuro, entre dos coches aparcados, desnudos de cintura para abajo, en el suelo como perros. No mueren en ese tramo alejado de la senda, donde practican deporte, con los calzoncillos arrojados en el matorral. Con una mano tapando su boca, y la otra apretando su cuello, mientras son penetrados por sus tres agujeros. Los hombres no son víctimas de una manada donde todos graban, todos espolean, y todos, de uno en uno, participan, descargando dentro, encima, alrededor, para después compartirlo en las redes sociales.

Los hombres tampoco mueren al llegar a casa tras una larga y dura jornada de trabajo, casi siempre un trabajo de mierda, asaltados a pesar de esa orden de alejamiento, quebrantada tantas veces que ya ni les pilla por sorpresa. En la cama mientas duermen, en la cocina mientras preparan la cena, sobre el suelo que tantas veces habrían barrido y fregado. Ante la mirada horrorizada e incrédula de esos niños a quienes han traído al mundo y apenas han tenido tiempo de criar. Los hombres no mueren empujados por la ventana de un quinto, sorteando en su caída al vacío decenas de tendales para estrellarse en ese patio donde ayer se le caían las pinzas de la ropa tendida. No mueren arrastrándose a duras penas, tratando de llegar desangrados al rellano, buscando a esa vecina de puerta, quien tantas veces escuchó los golpes, y los insultos, los llantos tras la pared, y después el silencio, la mirada afligida en el ascensor, y el morado, siempre el morado en unos ojos incapaces de llorar, en unos labios incapaces de sonreír, esa vecina que poco podrá hacer salvo llamar, cuando por la mirilla descubra el charco rojo bajo el cuerpo inerte, al 112. Todas las noticias empiezan y acaban igual, vecinas en bata, puertas precintadas, pasillos con olor a lejía. Los hombres, cuando mueren, no salen con los pies por delante del que se supone el lugar más seguro del universo; de su propio HOGAR, asesinados con saña, a manos de la persona que se supone, más debería AMARLOS y respetarlos. Estos son los datos OBJETIVOS que cualquiera puede consultar en el INE.

Bien, ni la ley de protección de las víctimas del terrorismo ni la ley de la violencia de género son para mí. Pero que no sea para mí, no me hace despreciarla y luchar con ahínco para que se la quiten a quienes la necesitan.¿Os sentís insultados por nosotros cada vez que os afeamos vuestro desprecio y negación hacia las mujeres maltratadas?. Los insultos que merecéis no están en mi vocabulario. Sois INFAMES. Porque no lucháis por quitar privilegios a los privilegiados, sino las pocas ayudas que tienen las VÍCTIMAS.

DdA, XVIII/5182

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias infinitas por hacerte eco de este dolor 💜

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