miércoles, 4 de mayo de 2022

COMO A NOSOTROS, A LOS POLÍTICOS LOS ESPÍAN


Félix Población

Es muy grave lo que está ocurriendo con el espionaje, ya sea a los políticos nacionalistas, ya sea a los miembros del Gobierno. Lo sería en cualquier país, fuera cual fuera su nombre, pero lo es más en el nuestro, donde –como se sabe- las llamadas cloacas del Estado tienen en su haber una sucia trayectoria que permitiría desembocar en lo que ahora estamos viviendo. 

A propósito de esto, las interpretaciones de la derecha y la extrema derecha mediáticas, mayoritarias en España, me parecen totalmente absurdas y posiblemente interesadas a la hora de dirigir sus hipótesis hacia Marruecos o  la Rusia de Putin, pero ahí están, con carácter extensivo en columnistas y tertulianos con el propósito quizá  de despistar. 

En España se ha dado, desde el momento en que inició su gestión el actual gobierno de coalición -coincidente casi con la grave crisis sanitaria sufrida por el país-, una oposición política amotinada e impropia de un país democrático, en la que el Partido Popular y su extrema derecha combatieron al ejecutivo con todo tipo de infamias y denuestos que han quedado desscritos en el diario de sesiones del Congreso. 

Si esto constituye una airada desmesura en el transcurso de una legislatura normal, más lo es en un tiempo en que diariamente fallecían cientos de personas en los hospitales por coronavirus. No busquen una oposición política similar en los países de nuestro entorno porque no existió. Aquí, sin embargo, no faltaron incluso complots de los militares retirados contra el ejecutivo y chats en los que se proyectaba fusilar a 26 millones de españoles. 

Todo ello, unido a la existencia de una llamada policía patriótica y a una judicatura en extremo conservadora, bien podría inducir a pensar que las llamadas cloacas del Estado pueden seguir operativas como en los tiempos del ministro Fernández Díaz y tener algo que ver con los casos de espionaje que ahora han aflorado. 

Mientras esto ocurre, dando lugar a casos tan esperpénticos como el de la ministra de Defensa que de justificar casi el espionaje ha pasado a ser espiada, rebrotan otra vez los contagios por el virus de la corona con una creciente incidencia y nada se ha hecho, en estos dos años, para que la sanidad pública se haya reforzado, como correspondería a un país que ha perdido a miles de ancianos por no haber sido asistidos en los hospitales.

Como a nosotros, a los políticos los espían. La viñeta de El Roto alcanza nuevamente carácter de editorial por lo que nos está tocando vivir y puede que vayan a vivir nuestros hijos con mayor rigor.  

     DdA, XVIII/5156     

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