miércoles, 4 de mayo de 2022

ROBLES: DE ESPIAR POR LA PATRIA A SER ESPIADA


Ana Cuevas 

El género del espionaje ha dado tema para miles de argumentos literarios y cinematográficos que mostraban, casi siempre, una versión edulcorada y patriótica de sus peculiares actividades.  Sin embargo, a todos nos consta que existen servicios secretos capaces de desestabilizar gobiernos, propios o ajenos, torturar, liquidar o envenenar disidentes sin aspavientos o utilizar estrategias de "falsa bandera" para provocar conflictos armados. Esa "licencia para matar" de la que disponía el agente 007, al servicio de su reina, no se limita a la ficción. Es un reflejo amable de una realidad bastante más sucia y torticera que fluctúa por las cloacas de todos los estados, sean o no presuntamente democráticos, y que mueve los hilos desde lo oscuro retorciendo el brazo a la legalidad al servicio de ¿la patria?.

En el año 64 nació un personaje de tebeo, el anti-héroe de James Bond a la española, que se llamó "Anacleto, agente secreto". Al pobre tipo le pagaban mal, le mandaban a las misiones más peligrosas y, por algún motivo simbólico que desconozco, al final de sus historias siempre acababa huyendo por los pelos de ser devorado por un tiburón. 

Pero Villarejo nos devolvió a la realidad de lo que es un espía de pura raza ibérica. El comisario que grababa hasta el ronquido de su suegra y almacena esos contenidos para irlos administrando, según convenga en cada momento, con el objeto de extorsionar a diestras y siniestras. ¿A qué causa servía este chantajista? ¿Cómo se introduce una rata de este calibre en las entrañas más secretas de una sociedad? ¿Quién le dio licencia para espiar, manipular y chantajear? ¿O es que iba por libre?
"PEGASUS" ha destapado la "caja de la mierda" por donde rebosa la punta del muladar que esconden los modernos métodos de espionaje. Nadie está a salvo de ser vigilado por el invento de marras. Es un juguete bastante más sofisticado que la grabadora del cutre Villarejo y con un potencial casi ilimitado.
No tengo dudas de que se utilizó para espiar a los independentistas catalanes. Pero, ¿fueron esas escuchas avaladas por un juez?, ¿Quién dio la orden y quiénes tuvieron conocimiento de estas prácticas?¿ Está admitido y consensuado por gran parte de nuestra clase política vulnerar los derechos democráticos para perpetuar la integridad del territorio español? ¿Convencer o vencer? Parece que vencer, aunque sea haciendo trampas.
Casualmente, el presidente Sánchez y la "piquito de oro" ministra Margarita Robles, han denunciado haber sido espiados por el mismo dispositivo.  ¡¿Lo véis mal pensados? ¿Cómo van a ser víctimas y cómplices a un tiempo? Aunque, pensándolo bien, "PEGASUS" está en manos de muchos estados y organizaciones extranjeras. Marruecos, por ejemplo. Y si a servidora le da por cavilar cosas rarunas puede creer que el radical cambio en la política del Sahara puede deberse más a algún tipo de chantaje que les obligó a ceder ante Marruecos sin consultar a sus socios de gobierno ni a la oposición. Pero eso parecen historias de espías de la guerra fría. Serán cosas mías.
Margarita Robles se vino arriba admitiendo que sí, que se espía por la patria. Y los patrioteros agita-carnuzos de VOX vitorearon la chulería de la ministra.
En la misma semana se ha tenido que admitir que, en España, se ha torturado y espiado por razones políticas y la extrema derecha se ha revolcado de gusto en la pocilga. Están en su medio. ¡Todo por la Patria! La que subvenciona su alto estatus social y económico sin haberla hincado en la vida.  A ver si nos entendemos, cuando dicen Patria, quieren decir Pasta. La que pueden exprimir al respetable. La nuestra vamos. Los derechos humanos, pues eso...
Me imagino al bueno de Anacleto con la tecnología que se gastan sus jefes en el 2022. Con semejante "pepino" no habría enemigo fuera de su radio.
La cuestión sería identificar quiénes son amigos y enemigos en este nido de víboras donde se espía todo quisque. El planeta está plagado de "doctores No" que presumen de poder liar el apocalipsis si se les tuerce el morro.  Putin o Kim Jong-un son algunos de los villanos más notables. Pero el mercado está "petadico" de sátrapas desnaturalizados y peligrosos que controlan y espían a sus propios ciudadanos.
Yo creo que el tiburón que casi devoraba a Anacleto, que era un tío con principios, era una metáfora. Las fauces del lado oscuro le pretendían pero siempre conseguía zafarse.
Pero los tiempos cambian y también los perfiles. En estos días, el tiburón sería su jefe y le habría hecho un contrato de becario para pasar horas oyendo grabaciones ilegales. Demasiada competencia en el mundillo. ¡Será por espías sin escrúpulos! ¡Viva el mal, viva el capital!

     DdA, XVIII/5156     

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