El
director editorial de InfoLibre, mi estimado colega Javier Maraña, ha firmado
en esta publicación una carta abierta dirigida al ex Jefe del Estado y actual
rey emérito (Carta abierta a Juan Carlos I, emérito defraudador fiscal), en la que le insta a dejar de ofender a la inteligencia
pretendiendo aparecer como víctima y mártir del socialcomunismo o de su propio
hijo, dado que nada ni nadie, en lo que llevamos de uno y otro reinado, ha hecho más daño a la institución monárquica que
él mismo. Maraña termina su misiva con estos párrafos y una postdata:
Aunque sé que
no es usted muy aficionado a la lectura, le sugiero un simple vistazo a otro
documento: el discurso de entronización que pronunció
su hijo Felipe VI tras su abdicación en 2014.
Comprobará que hizo un hincapié muy especial en el compromiso de “transparencia”
y “ejemplaridad” para abrir una “nueva época” (ver aquí). A sabiendas de que la institución monárquica
que le llevó al trono tenía el prestigio por los suelos desde el caso
Nóos y otras sospechosas andanzas más propias de la prensa cardiaca,
su hijo supo ver que estaba obligado a trazar una línea bien gruesa que le
alejara radicalmente de los cuarenta años de reinado anterior. No sé si se ha
percatado Su Majestad Emérita, pero su ruidoso regreso a Sanxenxo y, sobre
todo, esa campaña de blanqueo puesta en marcha por
tierra, mar y aire deja de nuevo en papel mojado el
compromiso de decencia y transparencia adquirido por su hijo.
A ver si me
entiende: si España fuera una república y su presidente hubiera actuado como
usted lo ha hecho, ya le anticipo que mi crítica
sería exactamente la misma en lo que se refiere a la
denuncia de su fraude fiscal y la opacidad de un patrimonio que no surge por esporas ni se justifica por los recursos
públicos asignados. Entre otras muchas diferencias entre
república y monarquía, como bien sabe Su Majestad Emérita, resulta que quien le
ha sustituido tampoco ha sido votado por la ciudadanía, y por eso le afecta y ensucia mucho más su impresentable actuación.
Jamás me
atrevería a dar consejos ni a un becario, de modo que no se me pasa por la
cabeza hacerlo con un ex Jefe del Estado. Simplemente creo que tengo derecho,
como ciudadano y contribuyente, a exigirle que a estas alturas del oscuro
culebrón que Su Majestad Emérita ha protagonizado, deje de ofender a la inteligencia pretendiendo aparecer como víctima y
mártir del socialcomunismo o de su propio
hijo. Nada ni nadie ha hecho más daño a la máxima institución del Estado que usted mismo, y por eso nos debe unas cuantas
explicaciones, unas disculpas meridianas y un mutis por el foro que le lleve a
una posición discreta desde la que no cause más perjuicios a la higiene
democrática (con permiso de la justicia británica que aún mantiene alguna causa
abierta).
Atentamente.
P.D. Regresa usted a Sanxenxo, camino de la Zarzuela, en la misma semana
en que hemos conocido nuevos audios sobre la operación más
sucia de las protagonizadas desde el PP en sus tres décadas de existencia: la llamada Kitchen. Lo escuchado no deja lugar a dudas sobre
las mentiras de María Dolores de Cospedal o
Esperanza Aguirre ante la justicia (ver aquí). Hay un nexo letal entre el caso de Su Majestad
Emérita y el de los audios grabados por Villarejo: las cloacas del Estado han
funcionado a máximo rendimiento como mínimo hasta anteayer (no son cosa del
pasado), y lo peor no son las corrupciones que tapaban, sino la impunidad con
la que sus protagonistas (del rey abajo, demasiados) actuaban. Hágase la luz.
InfoLibre DdA, XVIII/5172
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